miércoles, 31 de diciembre de 2008

...vida nueva

Nunca mejor dicho este año nuevo me traerá una vida nueva...
En este día tan especial donde parece acabar una etapa para empezar otra, quiero recordar el poema con el que abrí este pequeño refugio, y que por su lejanía tal vez haya quedado en el olvido. Creo que este pequeño poema recoge fielmente la visión qeu tengo de la vida. Espero que os guste. Sé que será del gusto del capitán y de weto sobre todo...
Mudanza de casa
Hubo un tiempo en el que quería vivir en una villa del sur, pero no porque me guiaran los augurios. Había escuchado que muchos hombres simples vivían allí, con ellos estaría contento de pasar mis mañanas y noches. Durante muchos años este fue mi deseo, y hoy voy a realizar mi tarea. Una cabaña tan pobre no necesita ser espaciosa, todo lo que quiero es una cama y un colchón. Con frecuencia mis vecinos vendrán a verme, discutiremos vociferando acerca de los tiempos de la antigüedad, disfrutaremos leyendo juntos escritos raros, y aclararemos todas las interpretaciones dudosas.
Tao Yang Ming
Feliz año 2009 y feliz existencia
Pablo

domingo, 28 de diciembre de 2008

Voyeurismo

Esto me deja sin palabras.


"A veces me encontraba a Albertina dormida y no la despertaba. Tendida cuan larga era, en una actitud tan natural que no podría improvisarse, me parecía un largo tallo que alguien dejara allí; y en realidad así era, porque aquel poder de soñar que yo tenía solo en su ausencia, lo recuperaba en esos momentos junto a ella, como si al dormir se hubiera transformado en una planta. De este modo, su sueño realizaba en parte la posibilidad del amor. Si estaba solo, podía pensar en ella, pero la echaba de menos, no la poseía; si estaba presente, hablaba con ella, pero permanecía demasiado ausente de mí mismo para poder pensar. Cuando ella dormía, no tenía que hablar, sabía que ella no me observaba, no necesitaba vivir en la superficie de mí mismo. Con los ojos cerrados y sin consciencia, Albertina se había despojado, uno tras otro, de aquellos rasgos de humanidad que me decepcionaron en cuanto la conocí. Sólo la animaba la vida inconsciente de los vegetales, de los árboles, vida muy diferente de la mía, muy ajena, y que no obstante era más mía. Su yo no se escurría ya continuamente, como cuando hablábamos, por las oquedades del pen-samiento inconfesado o de la mirada. Había retornado a sí lo que se mantenía fuera de ella, estaba refugiada, encerrada, resumida en su cuerpo. [...]

Una vez dormía profundamente, dejaba de ser únicamente la planta que había sido; su sueño, a cuya orilla soñaba yo con una fresca voluptuosidad de la que nunca me habría cansado y que podría disfrutar indefinidamente, era para mí todo un paisaje. Ponía junto a mí algo tan sereno y tan deliciosamente sensual como aquellas noches de luna llena en la bahía de Balbec, plácida entonces como un lago, donde las ramas apenas se mueven y, tendido sobre la arena, uno escucharía indefinidamente el reflujo de las olas. [...] Entonces, sintiendo que estaba plenamente dormida y que yo no tropezaría con escollos de consciencia, recubiertos ahora por la pleamar del sueño profundo, me metía en la cama sigilosamente, junto a ella, pasaba uno de mis brazos por su cintura, posaba mis labios en su mejilla, en su corazón, y luego mi única mano libre por todas las partes de su cuerpo [...]

Otras veces, [el sueño de Albertina] me hacía disfrutar de un placer menos puro. No necesitaba para ello de ningún movimiento; sólo extendía mi pierna contra la suya, como la rama que uno deja suspendida y le imprime de vez en cuando una leve oscilación, semejante al intermitente batir del ala de los pájaros que duermen en el aire. [...] Su respiración, al hacerse más fuerte, podía sugerir el jadeo del placer, y cuando el mío llegaba a su fin, podía besarla sin haber interrumpido su sueño. En esos momentos, me parecía que acababa de poseerla completamente, como a un objeto inconsciente y dócil de la muda naturaleza.


Al ver aquel cuerpo tendido allí, me preguntaba qué tabla de logaritmos lo constituía para que todas las acciones en las que había podido involucrarse, desde un movimiento del codo hasta un roce del vestido, pudieran ocasionarme, desplegadas al infinito por todos los puntos que ocu- paba en el espacio y en el tiempo y reavivados ocasional y repentinamente en mi recuerdo, una angustia tan dolorosa y que sabía, no obstante, determinada por unos gestos y deseos de ella que me habrían resultado en otra, en ella misma cinco años atrás, o cinco años después, tan in- diferentes. Era un engaño, pero al que yo no tenía el valor de buscar otra solución que mi muerte".

Marcel Proust

Caminos

Hay un dicho en el mundillo empresarial que dice "Las empresas son muy fáciles de llevar cuando no se sabe, y muy difícil cuando se sabe como hacerlo"... en las relaciones pasa lo mismo, a veces hay un camino fácil, pero la experiencia te dice que no es el correcto. Y entonces la razón se antepone a los sentimientos, tal y como decía un primo mío "se encallece el corazón". Estas decisiones suelen agradecerse con el tiempo, pero razonar en los temas del corazón es difícil para muchas personas, y duelen en el primer momento.
Todo esto es porque hoy me cuesta dormir: he tomado una decision que sé que está fastidiando a una persona... y también a mí mismo aunque ella no lo crea, y no puedo dejar de sentirme culpable pese a saber que estoy haciendo lo mejor para ambos. No por esta decisión dejo de agradecer tantos buenos momentos, y tan especiales, de los que no se olvidan... y los que tengan que venir. No creo que lea estas letras, pero yo me siento reconfortado escribiendolas y compartiéndolas con mi gente.
Simplemente espero que pase lo que tenga que pasar, como siempre. No somos más que humildes siervos del destino.
Un abrazo a todos.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Feliz navidad


El día 26 hace 27 años que se hizo esta foto. Despierta en mí sentimientos muy dispares pero muy fuertes, tristeza y alegría al mismo tiempo. Para los 2 o 3 que no reconozcan al personajillo... es el viajero que les habla
Besos

jueves, 18 de diciembre de 2008

Ven a salvarme amor

Estoy, amor, en Sóller.
He venido en el tren.
Escribo una postal
y la meto en el sobre.
Recuerdo aún tu nombre
y el Apartado 3
de Correos de un pueblo
donde nunca estaré.

Ven a salvarme, amor:
he naufragado ya.
Escribo con mi sangre
en un feble papel.
La botella está rota
y no lleva tapón.
La mar está movida,
se acerca el huracán.

Ven a salvarme, amor.

Iván Tubau

domingo, 14 de diciembre de 2008

Capeando el temporal



El viento de casi 40 nudos levantaba unas olas que no me permitían ver, salvo por unos instantes, a los barcos que tenía a menos de 50 metros. El granizo en la cara, el frío, las velas restallando apunto de romperse, y salto a salvar las rachas a tirones de escota a la voz de "estoy sin gobierno" del patrón. Miedo, emoción, dolor, sentimientos primitivos de complicidad y una intensa unión humana entre los tripulantes. Naves cercanas parten los mástiles como si fueran de madera, y una mirada entrecruzada del patrón como diciendo..."que cojones tenemos"...


How many roads must a man walk downBefore you call him a man?

How many times must a man look up Before he can see the sky?

Yes, 'n' how many ears must one man have Before he can hear people cry?

The answer, my friend, is blowin' in the wind,The answer is blowin' in the wind.


Besos

jueves, 11 de diciembre de 2008

Alga quisiera ser

Probablemente mi soneto favorito, para los habitantes de mi refugio. Hoy hace frío, echaré unos tronquitos a la estufa...


Alga quisiera ser, alga enredada
en lo más suave de tu pantorrilla;
soplo de brisa contra tu mejilla
arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla;
sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento...

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.

Ángel González

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La planta y el jardinero

Rebuscando en mi archivo de poemas varios, encontré este cuentecillo que encontré por la red, no se si tal vez salió de Ruta... si es así mi amiga arandanilla sabrá perdonarme.

Dedicado a aquellas plantas (que son muchas) que están en el jardín equivocado...


El jardinero experto mimaba con celo todas las plantas del jardín. Ellas no podían resistirse a sus cuidados y, tarde o temprano, terminaban haciendo lo que les correspondía hacer por naturaleza: crecer, florecer, lucir sus mejores colores y brillos...

Aquella no. Había pasado por todas las ubicaciones posibles en el jardín, todas las combinaciones posibles; nada había dado resultado. Aquella planta que le regalaran, ya hacía demasiado tiempo, mustia, sin color, apenas un feble tallito marrón, seguía justamente así. Demasiado tiempo...

Cansado, el jardinero experto un día de invierno dejó aquella planta junto a los contenedores de la basura que había delante de la casa. Allí la encontró el jardinero de la casa de al lado. Se agachó para mirarla, rozó con los dedos su pequeño tallo marrón y se la llevó con él. Aquel otro jardín, contiguo al primero, era prácticamente igual. El nuevo jardinero la colocó en un huequecito que quedaba libre, la regó un poco, le sonrió y entró en su casa pasando la mirada por todo el resto de plantas de su jardín a modo de saludo.

Al mes siguiente, aquella planta, era lo que tenía que ser, lo que podía ser... porque estaba en el lugar en el que debía estar...

Saludos

jueves, 4 de diciembre de 2008

El niño con el pijama de rayas

Ayer me impactó muchísimo esta frase, al comienzo de la película del niño con el pijama de rayas:

"La niñez se mide en sonidos, olores e imágenes, antes de que llegue la hora oscura de la razón"

Y pienso en mi niñez, toda una maravilla, por suerte. No he sabido enmarcar mis pensamientos en una frase tan concisa, pero a diario me viene la idea de que, conforme nos hacemos mayores, perdemos la percepción de las cosas. Cuando eres niño el tiempo pasa lento, todo es novedad, y recuerdo como si estuviera allí el olor de la crema nivea en verano, el olor a puerto de mar del puerto de Conil, el tacto del algodón de la bata de rayas azules que mi madre usaba en verano, el olor a grasa rancia del garaje, y el inconfundible olor del cuarto donde dormitaban perpetuamente en verano alguno de los visitantes del refugio.
Y veo con temor pasar los días, y como siempre una nebulosa de pensamiento absurdo nos ocupa la cabeza, y no nos deja espacio para percibir lo realmente importante: el frío, el calor, el olor de las estaciones, las flores del campo y el tacto de la tierra mojada. Hace tanto que no me tiro en la tierra armado de cuatro cacharros y me paso horas y horas escarbando en busca de gusanos, o haciendo hoyos para jugar a las canicas... En ese tiempo era una esponja donde la riqueza de las sensaciones me inundaba por momentos.
Se puede vivir sin pensar, creo que si, aunque sea un ejercicio más complicado que el más intrincado problema de física. Se puede vivir sin pensar, eso pienso cuando viajo, cuando me veo en medio de un monte perdido en Asturias, rodeado de vacas y de arañas y de bichos a los que envidio profundamente. Tal vez la vida sea eso, y lo que hacemos diariamente no sea más que equivocarnos y crear un mundo de hostilidad e inconformismo. Tal vez sea vivir en el campo rodeado de animales, sin más preocupación que apuntar en un viejo cuadernillo las fechas de las cosechas, el mejor tiempo para podar los rosales, las lunas más propicias para la pesca, los días que nevó el año pasado, y el otro y el otro... Tal vez esa sea la única forma de que podamos saborear la vida, de que podamos sacarle el provecho que se nos brinda, y al que le volvemos la cara día tras día.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Remedio nutritivo contra el frío: Sopa de mejillones

El otro día en un plis plas hice una sopita que hacía tiempo que no hacía, es más, era mi segunda vez, y, modestia aparte, me salió EXQUISITA, así que os paso la receta al instante. Dedicada al Capitán Escarlata, al que sé que le gustará, por su elaboración simple y marinera. Excelente para días de resaca.

INGREDIENTES

1kg de mejillones (Con la cascara bien limpita)
Un tomatito maduro
Media cebollita
Laurel
1 diente de ajo
Agua
Media pastilla de caldo de pescado
Pan de sopas (cualquier pan medianamente decente, del día anterior, cortado a rodajitas de medio cm y secado en el horno hasta que s seque). El pan es opcional, puede sustituirse por arroz...pero es más auténtico.

ELABORACION

Hervir los mejillones en litro y medio de agua con una hoja de laurel. Reservar el caldo y sacar los bichos de la cáscara. Reservar también. Si los mejillones son grandecillos, cortarlos por la mitad.

En una olla hacemos un sofrito, primero el ajo en laminitas, despues la cebolla y después el tomate, hasta que se haga un buen sofrito (en este orden riguroso, lo digo para los menos expertos). Echar encima el pan de sopa y machacar con una cuchara de palo hasta partir un poco el pan y que absorba el sofrito. Añadir el caldo que teníamos reservado (colado, por supuesto), la pastilla de caldo y los mejillones cortados. Dejar hervir un ratillo y corregir de sal.

He comprobado que esta sopa está mucho más buena hecha del día anterior, o por lo menos hecha al mediodía, se deja enfriar y se toma por la noche....

Probadlo... ¡¡¡no os arrepentíréis!!!

martes, 2 de diciembre de 2008

Lucas, sus largas marchas

Y seguimos con Cortázar.... Magnífico este relato.... Por cierto, espero que os guste la nueva imagen invernal del refugio, jiijji

Todo el mundo sabe que la Tierra está separada de los otros astros por una cantidad variable de años luz. Lo que pocos saben (en realidad, solamente yo) es que Margarita está separada de mí por una cantidad considerable de años caracol. Al principio pensé que se trataba de años tortuga, pero he tenido que abandonar esa unidad de medida demasiado halagadora. Por poco que camine una tortuga, yo hubiera terminado por llegar a Margarita, pero en cambio Osvaldo, mi caracol preferido, no me deja la menor esperanza. Vaya a saber cuando se inició la marcha que lo fue distanciando imperceptiblemente de mi zapato izquierdo, luego que lo hube orientado con extrema precisión hacia el rumbo que lo llevara a Margarita. Repleto de lechuga fresca, cuidado y atendido amorosamente, su primer avance fue promisorio, y me dije esperanzadamente que antes de que el pino del patio sobrepasara la altura del tejado, los plateados cuernos de Osvaldo entrarían en el campo visual de Margarita pare llevarle mi mensaje simpático; entretanto, desde aquí podía ser feliz imaginando su alegría al verlo llegar, la agitación de sus trenzas y sus brazos.Tal vez los años luz son todos iguales, pero no los años caracol, y Osvaldo ha cesado de merecer mi confianza. No es que se detenga, pues me ha sido posible verificar por su huella argentada que prosigue su marcha y que mantiene la buena dirección, aunque esto suponga para él subir y bajar incontables paredes o atravesar íntegramente una f ábrica de fideos. Pero más me cuesta a mí comprobar esa meritoria exactitud, y dos veces he sido arrestado por guardianes enfurecidos a quienes he tenido que decir las peores mentiras puesto que la verdad me hubiera valido una lluvia de trompadas. Lo triste es que Margarita, sentada en su sillón de terciopelo rosa, me espera del otro lado de la ciudad.
Si en vez de Osvaldo yo me hubiera servido de los años luz, ya tendríamos nietos; pero cuando se ama largo y dulcemente, cuando se quiere llegar al termino de una paulatina esperanza, es lógico que se elijan los años caracol. Es tan difícil, después de todo, decidir cuales son las ventajas y cuales los inconvenientes de estas opciones.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Amor 77

Después de leer la última entrada del blog de la amiga arandanilla, he ha venido a la cabeza este precioso poemita de Cortázar, ideal para empezar esta mañana de lunes...


Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

J. Cortázar

Buena semana y sean ustedes mismos el mayor tiempo posible. Yo por mi parte estoy haciendo todo lo posible :)

jueves, 27 de noviembre de 2008

Inventario de lugares propicios al amor

Son pocos.La primavera está muy prestigiada, pero es mejor el verano.Y también esas grietas que el otoño forma al interceder con los domingosen algunas ciudades, ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:quicios de puertas orientadas al norte, orillas de los ríos, bancos públicos.Los contrafuertes exteriores de las viejas iglesias dejan a veces huecos utilizables aunque caiga nieve.Pero desengañémonos: las bajas temperaturas y los vientos húmedos lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben la caricia (con exenciones para determinadas zonas epidérmicas-sin interés alguno- en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»puede leerse en miles de miradas.
¿Adónde huir, entonces?Por todas partes ojos bizcos,córneas torturadas,implacables pupilas,retinas reticentes,vigilan, desconfían, amenazan.Queda quizá el recurso de andar solo,de vaciar el alma de ternuray llenarla de hastío e indiferencia,en este tiempo hostil, propicio al odio.

Ángel González

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Pequeños placeres

Ayer tenía comida en casa, pero junto con mi amigo Jose Antonio (responsable de la empresa de la competencia, todo sea dicho) decidimos hacer un gran martes de lo que a priori se vislumbraba un martes corriente... así que nos fuimos al restaurante las bóvedas, dentro del hotel "El Monasterio" de El Puerto de Sta María a probar el menú desgustación incluido dentro de las jornadas gastronómicas de caza y setas...
1º Jamoncitos de codorniz rellenos de boletus edulis y castañas con fondo de tomate y robellón al horno con jamón.
2º Sopa de perdiz al azafrán con salteado de setas de cardo y huevo de codorniz.
3º Conejo estofado con arroz y chantarelas
4º Canelones de venado con trompetas de la muerte sobre festival de setas (todo un festival, el nombre le hace justicia).
5º Lingote de vainilla cujiente al vinagre de Jerez sobre compota de boniato y helado de coco
Todo ello acompañado de un PROTOS cosecha de 2006 y finalizado con una copa de cardenal mendoza y café solo.
Os comento esta comida en el refugio porque sin duda ha sido la experiencia gastronómica más impresionante de las que recuerdo.... a todo el que tenga acceso se lo recomiendo. El hotel Monasterio está en la calle Virgen de los milagros nº27, en El Puerto de Sta. María.
Hay quien dice que el sexo es la experiencia sensorial más importante del mundo... y yo siempre los he compadecido, pero después de la comida de ayer, aún con más fuerza. Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen... :)

Saludos

martes, 18 de noviembre de 2008

Hacia un brillante porvenir



Hasta la fecha nadie me ha tomado de la mano para mostrarme el sabor de lo perfectamente inútil. Así soy, viajero billete en mano hacia la Osa Mayor (aunque me aprieta el traje de astronauta.) Si quieres, compañero, compartiremos la botella de oxígeno, que somos viajeros; que somos vaqueros intentando galopar hacia un brillante porvenir...


Manolo García

Alegre como una mosca ante un pastel de bodas (Fragmento)

viernes, 14 de noviembre de 2008

De la pampa al Magreb


Todo lo que da valor a la vida lo olvidamos, o lo relegamos a una zona neutra de nuestro cerebro, donde queda como las imágenes fantasmales del tráfico en los cristales negros de West Halking Street, meros fuegos fatuos flotando en el espacio.
Los Resortes de la vida no nos son completamente desconocidos, pues todo animal, sea del Norte o del Sur, sea hombre, toro o lobo, experimenta el odio y el amor en alguna medida. Lo malo es que cogemos estas fuerzas vitales y las revestimos de tantos convencionalismos y formulismos, les ponemos una hoja de parra tan grande, que las desvirtuamos de su verdadera posición de señoras para convertirlas en camareras, camareras al servicio de la prosperidad. En los pasíses donde mandan los ayuntamientos y las diputaciones, nadie tiene tiempo para amar ni para odiar hasta que no consigue un puesto seguro y empieza a sentir el reuma en los omoplatos. En los países de sol, por el contrario, el hombre sabe que su propiedad más valiosa es su vida, y la libertad de querer o de aborrecer; por eso se hace como un niño en las cosas que nosotros consideramos importantes y un profundo filósofo en esos otros campos del odio, del amor, del ocio de la despreocupación, donde nosotros no hemos puesto el pie.
.
De la pampa al Magreb (Fragmento)
Cunninghame Graham
Foto: Molino de una harinera. Palma de Mallorca

martes, 11 de noviembre de 2008

Tan vacío y tan lleno de vos


En los días buenos, de lluvia,
los días en que nos quisimos totalmente,
en que nos fuimos abriendo el uno al otro
como cuevas secretas,
en esos días, amor
mi cuerpo como tinaja recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí.
Y ahora, en estos días secos en que tu ausencia duele
y agrieta la piel, el agua sale de mis ojos llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.

Gioconda Belli
Foto: Isita el invierno pasado...

lunes, 10 de noviembre de 2008

Bella en Lisboa

Un regalito para mi niña Mireia... que la tengo abandonadita... Espero que te guste este pequeño fado.

http://www.goear.com/listen.php?v=8b913dd

domingo, 9 de noviembre de 2008

Elegía nocturna



Quién nos hubiera dicho que todo acabaría
como acaba en la sombra la claridad del día.

Fuiste como la lluvia cayendo sobre un río
para que fuera tuyo todo lo que era mío.

Fuiste como una lámpara que se encendió en mi vida,
yo la soplé de pronto, pero siguió encendida.

Fuiste un río ilusorio cantando en un desierto
y floreció la arena como si fuera cierto.

Mi amor fue una gaviota que construyó su nido
en lo alto de un mástil, ahora el buque se ha ido.

Ahora me envuelve un hosco silencio de campana
donde sólo resuena tu campana lejana.

Y como un surco amargo que se negara al trigo,
ahora mi alma no sueña, por no soñar contigo.


Elegía nocturna
José Ángel Buesa

lunes, 3 de noviembre de 2008

Días grises

Hay dias que amanecen grises
impregnados en tristeza de asilos,
en la soledad de viejas mecedoras,
en el regusto amargo de pasillo de hospital.

Hay dias que amanecen muertos,
con violetas marchitas bajo el brazo
o tristes como hojas en el piso del patio.

Hay dias como este en quedo postrado,
como una esfinge mutilada, desvalido de pies y manos
que me permitan defenderme del presente y sus agravios.

Hay dias como hoy en que te añoro, te nostalgio,
maldigo tu ausencia y lo etereo de tu existir,
y camino, camino, cabizbajo, de brazos caídos, hasta perderme en la espesura,
donde mi silueta se confunde con las mortecinas luces de la noche.

Con la vaga ilusión de verte siquiera un instante seguiré noche tras noche,
día tras día, con la mirada llena de fulgor,
con mi vida encerrada en las manos como fugaces luciérnagas,
caminando por el mundo, donde por momentos creo verte tan verde y luminosa como siempre, detrás de cada árbol del camino.

jueves, 30 de octubre de 2008

Permanencia en los jardines

Mi último acierto literario, nos sorprende con este poema tras pasar la primera página...

Otra vez ando por aqui, estos días han sido de mucho ajetreo.

Un abrazo a todos.



En el enrevesado espeso matorral de mis floraciones
has laborado embriagado de almizcles.

No hay almácigo desperdiciado en este amor
donde a diario te desafíoa que encuentres el brote más reciente.

Nunca dije que sería un jardín de senderos bien delineados.
Me constituí como un jardín tropical y húmedo
con especies imposibles de clasificar
pues siempre quise poner a prueba tus intenciones de jardinero
domador de plantas y exterminador de plagas.

Te he asaltado por los cuatro costados con enredaderas tumultuosas
y hueledenoches de belleza mortífera,
y he abierto hojas como alas de sueños selváticos en los árboles plácidos
que sembraste alrededor de la casa.

En tu alcoba de macho cabrío introduje violetas africanas
y rodeé de jazmines indios los bordes de tus infranqueables ventanas
-esas que ahora el perfume traspasa con ruido de vidrios rotos-
¡Qué bien has soportado, mi amante, amadísimo, cuanta prueba te puse!

Dócil jamás, crezco ahora sin embargo sobre el techo de la casa,
y abrazo esta dulce, fogosa extensión que habitamos.
La defiendo con cercos de espinas,
instalo surtidores para que no la marchite ni la más cruel de las estaciones.


Permanencia de los jardines
Gioconda belli "Mi intima multitud"

martes, 21 de octubre de 2008

Quisiera estar solo en el sur

El poema favorito de mi primo Matías....


Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz
son bellezas iguales.


Luis Cernuda

domingo, 12 de octubre de 2008

De vuelta en casa

Buenos días gente... ya estoy en casa.
Muchas cosas que contar, y sobre todo muchas fotos.... ya iré poniendo poco a poco.

El viajero ataca de nuevo.




jueves, 2 de octubre de 2008

Vacaciones

Estaré una semana fuera.... necesito desconectar un poco, que llevo todo el verano trabajando.

Me voy al norte, con una mochila. Me irán bien esos paisajes agrestes y ese frío que tanto me gusta.

Espero traeros muchas fotos preciosas y cosas que contar

El viajero, más viajero que nunca, se despide.

Hasta prontito

Agur!

martes, 30 de septiembre de 2008

A comer!

Como el refugio es el rincón de los sentimientos y las pasiones arrebatadas, y mi pasión es la cocina... creo que os voy a deleitar con una receta de pescado, ya que varias personas me la han pedido... Un nuevo apartado del refugio, RECETAS, jajajaj

MERLUZA EN SALSA VERDE

Ingredientes:

Merluza (en trozos grandes para guisar)
Gambas arroceras
Perejil
Aceite
Un diente de ajo
Harina de reposteria
Vino fino (cualquier blanco podría servir)

Lo primero, limpiamos bien el pescado y pelamos las gambas, con cuya cáscara y con la cabeza de la merluza hacemos un caldito y lo reservamos.
Por otro lado, harinamos con harina fina los trozos de merluza y los freimos suavemente, sin freir del todo, en una sartén con aceite. Es preferible usar una sartén tipo paellera, grandecita, y un aceite que no sea demasiado aromático, para que la salsa no tenga demasiada fuerza.

Una vez frita la merluza la sacamos, y freimos los ajitos cortados en láminas. Normalmente se usa el mismo aceite donde se frió el pescado, pero si vemos que se ha quemado un poco la harina usamos aceite nuevo, si no sabrá amargo... Tras esto, añadimos el perejil (sin que se queme) y un par de cucharadas de harina. Removemos un poco la harina para que se cocine, añadimos el caldo y el vino, y dejamos que espese.

El secreto de la salsa (para mi gusto) es darle el toque justo de vino, ya que si nos pasamos tomará un sabor muy fuerte. Es mejor usar bastante caldo y el vino sólo para aromatizar.

Hervimos la salsa hasta que espese un poco, y metemos la merluza un ratito para que se cocine. Un par de minutos antes de servir añadiremos las gambas peladas.

Y a comer!!!!


Espero que os guste.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Una pequeña tregua

Un día de sol espléndido, casi otoñal. Fuimos a Carrasco. La playa estaba desierta, tal vez debido a que, en pleno julio, la gente no se anima a creer en el buen tiempo. Nos sentamos en la arena. Así con la playa vacía, las olas se vuelven imponentes, son ellas solas las que gobiernan el paisaje. En ese sentido me reconozco lamentablemente dócil, maleable. Veo ese mar implacable y desolado, tan orgulloso de su espuma y de su coraje, apenas mancillado por gaviotas ingenuas, casi irreales, y de inmediato me refugio en una irresponsable admiración. Pero después, casi en seguida, la admiraciónse desintegra, y paso a sentirme tan indefenso como una almeja, como un canto rodado. Ese mar es una especiede eternidad. Cuando yo era niño, él golpeaba y golpeaba, pero también golpeaba cuando era niño mi abuelo, cuando era niño el abuelo de mi abuelo. Una presencia móvil pero sin vida. Una presencia de olas oscuras, insensibles. Testigo de la historia, testigo inútil porque no sabe nada de la historia...
Mario Benedetti
La tregua (Fragmento)

martes, 23 de septiembre de 2008

Besos y lechuga

Llueve.
Después de tanto tiempo, llueve.

Son las 6 de la mañana, me despierta el ruido de la lluvia y el viento en los pinos. No sé lo que haría yo en medio de una gran ciudad, escuchando a los coches salpicar en los charcos y los camiones de basura.
Al salir al camino los molinos de viento me saludan con su titilante destelleo descompasado.
El negro de la noche ajado por un rayo de azul nos adivina un nuevo amanecer.
Aparco el coche, más cerca del mar no podría, aveces con la pleamar me llega el agua a las ruedas; siempre que me pasa me acuerdo de mi niña catalana... lo que le iba a gustar.
Respiro el vapor húmedo y fresco de la marisma salpicada con las primeras aguas. La misma brisa de tantas mañanas de pesca, calabobo y despreocupación.

Hay goteras, siempre las hay. El suelo de la nave de timones encharcado de agua, como queriendo rememorar la marisma vecina que espera paciente el seguro regreso de cada una de sus gotas.
Un grillo despistado se cuela en la oficina. Claro, es normal, rodeado de tanto campo, y casi de noche cerrada, canta incansable ajeno al ajetreo de correos electrónicos e informes. Su vida es demasiado simple y perfecta para eso.
Y cierro los ojos y piso los charcos como cuando en la infancia pisaba los caños buscando cangrejos, y huelo la marisma como la cepina en bajamar. Mis compañeros teclean con fruición, y el traqueteo de sus teclas son tan sólo las mismas gotas que esta mañana me despertaron. Los operarios taladran las piezas como nerviosos pájaros carpinteros, y el chico de mantenimiento barre lo mismo que don Antonio, mi vecino de la parcela de al lado, que vence a sus achaques cada día a ritmo de rastrillo.
Esta actitud evasiva le costará muy cara a la empresa... si. Pero gracias a ella puedo estar en casa en momentos tan incómodos del día como este.

Miro hacia el grillo de reojo, hacia el lugar donde supongo que se esconde, y le sonrío con un gesto entre alegría y envidia como diciendo “serás cabrón”. Añorando su bendita suerte busco un final para este texto y abro el correo, a ver que nuevas necesidades sin fundamento se han creado mis compañeros para hoy. Si tan solo fueran grillo por un día... Tú si que sabes compañero.

Besos mañaneros para todos y lechuga fresca para algunos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Aires marinos

Sustraigo este poema de Arthur Rimbaud del blog de Weto... porque una maravilla así no podía quedar como un simple comentario del capitán escarlata... así escondido en un rincón.


Mi jornada está hecha; me marcho de Europa.
Aires marinos me quemarán los pulmones,
los climas perdidos me curtirán.
Nadar, pisar la hierba, cazar, sobre todo fumar;
beber licores fuertes como metal hirviendo,
como hacían nuestros antepasados alrededor de las fogatas.

Volveré, con miembros de hierro, con la piel oscura,
los ojos enfurecidos: por mi aspecto, me juzgarán de una raza fuerte.
Tendré oro: seré ocioso y brutal."


Saludos marineros de piel curtida.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Instrucciones para amar

Hace días que quiero publicar algo pero no tengo internet en condiciones... Pero acabo de leer esto... y me he acordado de tanta gente, incluso de mi mismo en algunas épocas tristes... y lo he tenido que publicar.


"El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro".


Reglas del juego para hombres que quieran amar a mujeres (fragmento)

Gioconda Belli

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alameda

Ya tenía ganas de tener este disco, y de escuchar estas letras tan breves pero de tanta inspiración...


"Cuando miro sobre el trasluz de mi soledad,
veo tu sombra, tu cielo azul, tu serenidad,
y las olas que llegan a ti, te arrastran a soñar.

Sueño con tu mañana, tu luz, y mi despertar,
los momentos que yo pasé allí no los podré olvidar..."


Alameda
CAI

jueves, 11 de septiembre de 2008

Huye del triste amor

Uno de los momentos más emocionantes de los últimos días, escuchar a Javier Cámara recitar de memoria estos versos, en la película "Los girasoles ciegos" que os recomiendo que vayáis a ver.

Lo recita a su hijo para darle ánimos, justo antes de salir de un zulo donde vivía escondido por miedo a la represión que sufría por parte del régimen.



Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Despierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

Huye del triste amor
Antonio Machado

lunes, 8 de septiembre de 2008

Definiciones para esperar mi muerte

Tengo la extraña sensación de haber publicado esto ya, pero por mas que lo busco no lo encuentro...
Estremecedor texto de Homero Manzi, maestro del tango.


Puedo cerrar los ojos lejos de las pequeñas sonrisas que conozco, escuchando estos ruidos recién llegados, viendo estas caras nuevas, como si de pronto los mil lentes de la locura me trasladaran a un planeta ignorado.
Estoy lleno de voces y de colores que juraron acompañarme hasta la muerte como amantes resignadas al breve paso de mi eternidad.
Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme sólo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamante preparadas para mi ausencia.
Sé que mi nombre resonará en oídos queridos con la perfección de una imagen, y también sé que aveces dejará de ser un nombre y será solo un par de palabras sin sentido.
Estoy lleno de voces y de colores, unas veces recogidos en el sonambulismo de la marcha, otras inventados tras mi propia soledad.
Con ellos se integrará un cortejo final de despedida, se cambiarán en lagrimas y palabras piadosas.

Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar, evoco a los marinos encerrados en las paredes altas de la tormenta, a los soldados caídos sobre hierbas lejanas, a los peregrinos que duermen bajo la sombra de arboles ignominados, a los niños que yacen contemplando el yeso de los hospitales, y a los desesperados, que entregan el último gesto frente al paisaje final e instántaneo de la demencia.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Ojos

Un poco hasta el moño de que le hiciera fotos en plena penitencia pero bueno, tras un buen rato conseguí la foto que quería.


Para ver unos ojos como estos... hay que ir a Granada, hermano...



















Pincha para ver a tamaño completo

Fotografías

Hace tal vez demasiados años escribí esto, que ahora por fin sale a la luz.

Que lo disfruten.


De cientos de fotografías se compone mi vida. Eso es, no es más. Digamos que lo demás no importa o se relega a un segundo plano. Cientos de recuerdos que guardo en mi álbum, en mi mente, donde tan solo yo puedo verlas. A veces me apetecería enseñártelas, pero no puedo, es algo tan privado que ni queriendo las puedo compartir, tan solo te las escribo, a mi antojo, pero todos sabemos lo lejos que quedan las palabras de la realidad. Cientos de recuerdos, desordenados, como en un baúl, que aparecen y reviven para sofocar nostalgias, penas, euforias… Ahí están casi todos mis amigos, y algunos que ya no lo son, pero que por un momento pueden volver a serlo. Guardo cientos de fotos, de imágenes, y al evocarlas me sumerjo en un mundo de fantasía, o mejor dicho, de pasada realidad, y por un momento vuelvo atrás en el tiempo.

Mi vida es un conjunto precioso de fotografías que guardo en mi cabeza, y que tiene el poder, magnífico poder, de hacerme reír, o de hacerme llorar, como bien podría pasar.

Me siento vivo sabiendo que están ahí, porque siempre que me siento solo tengo de dónde tirar, tengo una cuerda para salir del pozo, una cuerda de nostalgia, pero una cuerda al menos. Sentir nostalgia es haber vivido, y romper a llorar es indicativo de que tenemos algo dentro del cuerpo además de las vísceras.

Si me permiten parar unos minutos, descansaré mis piernas y les cuento, porque me siento capaz de tenerlo todo con tan sólo abrir el álbum por la página adecuada.
Podría pasarme horas desbaratando el baúl, sacando y metiendo cosas antes de seguir mi camino. Pero tened cuidado, no sea que con las prisas y la emoción se cuele una lágrima, una tristeza en forma de fotografía, y en mi baúl del tesoro no hay sitio para baratijas.

sábado, 30 de agosto de 2008

Zahara de la sierra

En mi último viaje a la sierra, conseguí esta foto para ilustrar este bello poemita...




Está Zahara en una altura

entre montaña y colinas

sentada en la peña dura,

que asoma la cresta obscura

por entre Ronda y Medina.


Cuando encienden los cristianos

de noche hogueras en ella,

no distinguen los paisanos

si son sus fuegos lejanos

luz de atalaya o de estrella.

José Zorrilla. La sorpresa de Zahara (fragmento)

jueves, 28 de agosto de 2008

Mariposa o manzana



El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana..
Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.

El pie del niño entonces fue derrotado,
cayó en la batalla, fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato...
Poco a poco sin luz fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.

Aquellas suaves uñasde cuarzo, de racimo, se endurecieron,
se mudaron en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño se aplastaron,
se desequilibraron, tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron, se cubrieron con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.

Pero este ciego anduvo sin tregua, sin parar hora tras hora,
el pie y el otro pie, ahora de hombre o de mujer,
arriba, abajo, por los campos, las minas, los almacenes y los ministerios,
atrás, afuera, adentro, adelante, este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron hasta que el hombre entero se detuvo.

Y entonces a la tierra bajó y no supo nada,
porque allí todo y todo estaba oscuro,
no supo que había dejado de ser pie,
si lo enterraban para que volara
o para que pudiera ser manzana.
Pablo Neruda

Aún hoy...

Uno de esos días en que te abandonas y debías haberlo pasado durmiendo.

Acabo con esta frase antes de acostarme, a ver si me da impulso para mañana. Que descanséis.





"...y aunque supiera que el mundo ha de acabar mañana,

yo, aún hoy, plantaría un árbol."
.

viernes, 22 de agosto de 2008

Y uno aprende

Este texto se le atribuyo a Jorge Luis Borges, pero hay varias teorías... así que en principio diré que es suyo, aunque si no lo es, que su autor me perdone.

...y pienso que no, que realmente uno no aprende, o no tiene coraje de aplicar lo que aprendió.



Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...

lunes, 18 de agosto de 2008

En el tintero


Me encantan los textos que rondan en mi cabeza durante meses... años... y sin prisa los voy dejando madurar... hasta que un un buen día algo o alguien trae la llave maestra, la palabra exacta que los hace tomar su forma definitiva. Compañera, esa era la palabra que faltaba, y cómo no, el weto dió en la diana de la inspiración... "compañera"...

Anoche escribí esta carta, que nunca enviaré, ya que probablemente tenga más de fantástico que de real, pero... soñar es gratis, ¿no?. Gracias a mi amino el nikon por sacarme medio decente en esta foto tan especial... y por cierto, no fumo ehh????


Tal vez no, no tengas tú la culpa. Al fin y al cabo no se te puede achacar que tengas esa forma tan vehemente de ver la vida. Tal vez sea yo el desfasado, con estos ojos cansados ya de ver, y esta vista más larga de lo que debiera.
No, no creo que tengas la culpa, cuando esa mirada azorada de niña mira hacia cualquier sitio, en busca de nuevas vidas, nuevos deseos. Y es que hay veces que la sangre arde, parece salirse de las venas, y ese instinto es irrefrenable, difícil de contener.
Yo en cambio te veo con otros ojos, y cuando digo que te veo, no te veo a ti, nos veo a los dos. Cuando te miro veo a mi compañera. Si, eso, mi compañera. Una palabra a priori fría y en desuso, pero que sabe expresar lo que siento y refleja el remanso de calma donde me imagino contigo dentro de unos años. Esa calma que me hace imaginar el futuro como algo sencillo, como aquella pequeña “habitación de Arles” que Van Gogh tuvo el detalle de pintar. Una cama con colchas de algodón, una mesa, un cuadro, y tu cuerpo tendido.
Curiosamente estoy convencido de que piensas igual que yo. Porque tú y yo somos de esas personas que entre la multitud se encuentran, se miran, y sus ojos hablan otro lenguaje distinto al de los demás, y tenemos otra forma de mirar, de mirar adentro, a lo sensible, a lo místico. Cuando dos personas se tocan en el alma de la forma en que lo hicimos, cuando se convive tanto y tan cerca, cuando se invierten tantas y tantas largas tardes arropados en una cama o en un sofá, o sentados en un bordillo... cuando eso pasa, se teje un hilo entre los dos, un hilo finísimo imposible de romper, por más que uno quiera, y que une, ata o ahoga a partes iguales, dependiendo el uso que se le quiera dar.

Por eso no te despido con gritos desaforados, ni aspavientos. Te veo partir desde arriba con la tristeza de la madre que ve pasar el día de su cumpleaños sin una llamada de su hijo, y a la noche recibe un cruel e iocente “¿sabés mama? Me olvidé de llamarte porque estuve jugando futbol...”. Así te siento, con una pequeña amargura pero con una comprensión casi paternal.

No sabes lo difícil que es escuchar decirme que te vas, sabiendo que tarde o temprano volverás, porque este lazo que nos une es para siempre, porque esta convivencia maravillosa y cálida con la que nos acompañamos en la vida vale más que todo el oro del mundo, y bien sé que llegará el día en que la vuelvas a necesitar.
La puerta está abierta. Al fondo las cortinas se mueven con la brisa de media tarde, y un rayo de sol de otoño dibuja sombras en el viejo suelo de madera. Entrarás sin llamar, como siempre, con un bolso entre las manos y una chaqueta de hilo blanco sobre los hombros, con el cuello hacia adelante como queriendo atisbar sin molestar, y me encontrarás donde me dejaste hace ahora tres años, esperando, porque todo este tiempo no fue más que una larga espera, porque a poco que haga memoria, todas las vidas que he vivido y todas las mujeres que he amado en esta ausencia tuya me parecen en tercera persona, no han sido sino un mero sucedáneo de vida.

Que lástima que seamos tan ventaneros. Siempre mirando sobre los hombros del presente, asomados a la pérfida ventana del deseo, de lo desconocido, de la curiosidad. Siempre un trasiego de aquí a allá, en busca de la felicidad, de lo nuevo. Y sé que llegarás exhausta, cansada, lánguida, a desenpolvar la felicidad que ahora sabes que tuviste a mi lado desde el primer día. Porque no hubieras ido a la calle a buscar el amor si de alguna manera no lo hubieses ya encontrado en mí. Me buscabas fuera, y estaba dentro, dentro de tí.

Pero ahora ya es tarde. No me queda otro remedio que arrancar un trozo de papel y dejar una nota en el recibidor diciendo “he salido, no me esperes” para que la leas al entrar, mientras sentado en la alcoba enciendo un cigarrillo en silencio, y escucho como tus pasos se alejan de mi vida, esta vez para siempre.

jueves, 14 de agosto de 2008

Siempre

Hoy es uno de esos días locos en los que no debí haberme levantado de la cama. De esos días en que este precioso texto toma vida. Si la cronopia que me lo enseñó anda por ahí, le mando un abrazo enorme, que ya le daré en cuanto la pille por alguna callejuela gaditana (no te escaparás).

Tengo una sensación extraña por el cuerpo de haber hecho algo mal, de haber metido la pata irremediablemente. Esperemos que haya suerte. Así soy yo.

Besos y abrazos para todos.


Siempre esta sensación de inquietud. De esperar más. Hoy son las mariposas y mañana será la tristeza inexplicable, el aburrimiento o la actividad desenfrenada por arreglar este o aquel cuarto, por coser, por ir aquí o allá a hacer mandados, mientras trato de tapar el universo con un
dedo, hacer mi felicidad con ingredientes de receta de cocina, chupándome los dedos a ratos y a ratos sintiendo que nunca podré llenarme, que soy un barril sin fondo, sabiendo que "no me conformaré nunca" pero buscando absurdamente conformarme mientras mi cuerpo y mi mente se abren, se extienden como poros infinitos donde anida una mujer que hubiera deseado ser pájaro, mar, estrella, vientre profundo dando a luz universos, novas relucientes...
Y ando reventando palomitas de maíz en el cerebro, blancas motitas de algodón, ráfagas de poemas que me asaltan todo el día y hacen que quiera inflamarme como globo para llenar el mundo, la naturaleza, para empaparme de todo y estar en todas partes, viviendo una y mil vidas
diferentes... Mas he de recordar que estoy aquí y que seguiré anhelando, agarrando pizquitas de claridad, haciendo yo misma mi vestido de sol, de luna, el vestido verde-color de tiempo con el que he soñado vivir alguna vez en Venus.

Gioconda Belli

martes, 12 de agosto de 2008

Un pequeño paraiso



Puesta de sol en la playa de Atlanterra, Zahara de los atunes (Cádiz)





Idem





domingo, 10 de agosto de 2008

El buscador

Aveces pasan cosas maravillosas como conocer a una persona nueva y que te regale una historia tan bonita como esta. Espero que os guste tanto como a mi. Muchas gracias amiga, un placer conocerte.

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador. Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.
Un día nuestro Buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó Kammir a lo lejos, pero un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. Estaba rodeaba por completo por una especie de valla pequeña de madera lustrada, y una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.
El Buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como por azar entre los árboles. Dejó que sus ojos, que eran los de un buscador, pasearan por el lugar... y quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción. “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, y sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar…
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Al acercarse a leerla, descifró: “Lamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
- No, ningún familiar – dijo el buscador - Pero... ¿qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de niños?
El anciano cuidador sonrió y dijo:
"Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré... Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta, como ésta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de entonces, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos? ¿tres semanas y media? Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana?
¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? ¿y el casamiento de los amigos? ¿y el viaje más deseado? ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones? ¿horas? ¿días?…
Así vamos anotando en la libreta cada momento, cada gozo, cada sentimiento pleno e intenso... y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido."

Extraído del libro Cuentos para pensar, de Jorge Bucay

miércoles, 6 de agosto de 2008

Voy a dormir

Tal vez muchos conozcáis la famosísima canción de Ariel Ramírez y Félix Luna "Alfonsina y el mar". Lo que muchos no saben es el verdadero significado de la canción, homenaje a la Poetisa argentina Alfonsina Storni.
A poco que se lea algo de esta impresionante escritora, la canción toma su verdadero significado, escrita a raíz del último poema escrito por Alfonsina justo antes de poner fin a su vida ahogándose en una playa del mar del plata. Un romántico punto y final a una vida llena de tormentos y desamor, hilo conductor de toda la obra de Alfonsina, que tal y como ella misma decía "escribía para no morir". Lectura recomendada, a ratitos... pero sin deprimirse!!




Atardecer en la playa de Sancti petri (Chiclana de la Fra.)

Voy a dormir


Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas,
tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,una constelación,
la que te guste: todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases para que olvides... Gracias.

Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsina Storni

martes, 29 de julio de 2008

Cartas

Como el que todos los meses hace limpieza a fondo de la cocina, u organiza en el cajón las facturas de la luz, no es raro que de vez en cuando sienta la necesidad de dirigirme hacia algún ser querido, y que con toda la alevosía posible alcance un sobre, un lápiz y un papel, y le escriba unas palabras sinceras. Ha de ser tan lindo recibir una carta de alguien especial diciendo “me gustas”, o “que feliz soy contigo” o “tu receta del pollo es impresionante”... Al menos a mí me gustaría recibir algo así, y esa es la intención con la que lo hago.
Lo que nadie sabe (tan solo yo) es el caos que puede desatar este simple acto, por inocente que parezca.
Aún recuerdo la primera carta que le escribí a Rosita. En un ademán de bondad y cariño, escribí en un papel “Rosita, te quiero mucho”. Con un poco de miedo y mucha ilusión, cerré el sobre, estampé un sello en su anverso y lo eché al buzón, imaginando la cara de Rosita al encontrarse con mi carta.
No pasaron ni dos días cuando mi carta cayó en sus manos. Con cara de estupefacción abrió cuidadosamente el sobre, leyó la frase, -que atravesó como un escalofrío su cuerpo de la cabeza a los piés-, y se quedó inmóvil. Una mezcla de incredulidad, miedo, y emoción se apoderó de ella. Obviamente no era la primera vez que alguien le decía algo así, pero aquella forma tan directa y concisa de hacerlo la dejó de una pieza. “¿Y que he hecho yo para merecer esto?” se preguntaba en un claro gesto de desconfianza e incomodidad; y de ahí pasaba a pensar “¡Qué lindo detalle!”, con su consecuente cara de satisfacción, o al instante decía“¡Que atrevimiento!”, cargada de rabia y malestar... Puede parecer extraño, pero aveces las palabras tiernas crean sentimientos enfrentados en quien las recibe.
Sorprendida por mi gesto y extrañada por sus reacciones, tomó papel y lápiz y escribió a su prima Juanita, contándole como pudo lo que había sucedido. También le escribió a su analista, tratando de contarle asustada las sensaciones que había experimentado y preguntándole que debía hacer...
No pasaron ni dos días cuando Juanita recibió la carta, la leyó y se echó a reir, alegrándose por el hecho y contestándole a su prima que no se preocupara, que aquello era un gesto lindo y que no tenía nada de malo. También la analista recibió la carta, la archivó entre otros tantos documentos que poseía de Rosita, y quitándole importancia al hecho, le respondió comentándole que viera aquello como algo positivo, como de hecho era... Mas no quedó ahí la cosa. La idea le pareció tan simple y tan agradable, que papel en mano, la analista decidió escribir otra carta, esta vez a un amigo de la infancia que tenía olvidado, agradeciéndole los buenos ratos que habían pasado juntos, y recordándole las risas que echaron juntos tirándole piedras a las palomas en los jardines de casa de su padre...
También Juanita, en un arrebato de nostalgia, tomó lapiz y papel, y escribió sendas cartas a sus hermanos que tanto hacía que no veía...
Y de esta forma, a cada carta no sólo le correspondía su respuesta, sino que, en el mayor de los casos propiciaba la escritura de otras semejantes, que a su vez tenían su respuesta, y a su vez desencadenaban otras tantas, y más respuestas, y más besos, y más “te extraño mucho” y más “vuelve pronto amiga”... con lo que en poco tiempo, y de forma exponencial, se desencadenó un ir y venir de cartas que surcaban el país de punta a punta. No tardaron en verse largas colas en las oficinas de correos, en los estancos, y en las papelerías, cuyos dueños recibían constantes cartas de sus parientes felicitándoles por la bonanza de sus negocios.
No era extraño bajar a la calle y ver gente por las esquinas chupando sellos, cerrando sobres, buscando un buen apoyo donde escribir el remite o eligiendo el rayo de sol más luminoso para poder leer claramente la carta que acababan de recibir. Embargados de emoción se acercaban unos a otros, y se enseñaban las cartas entre ellos como muestra de lo queridos que se sentían, lo cual propiciaba nuevas amistades, y nuevas cartas, y nuevas felicitaciones de cumpleaños, etc...
... y a cada ruido de sobre rasgado, siempre le seguía un suspiro; siempre le seguía una nueva sonrisa.

viernes, 25 de julio de 2008

Andando de puntillas...


Tal vez estos versos que tanto me animan a mí cuando los leo le vengan bien a alguien más que esté pasando unos días tontorrones...


Ánimo, alegría y abrazos infinitos.

Tres personajes felices en Bruselas



De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,
y nos sentimos en buenas manos.


Se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso,
y saca un conejo de la vieja chistera;
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.


De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita
que da gusto verla.


Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.
De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.


De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.


De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.



De vez en cuando la vida
(Joan Manuel Serrat)

miércoles, 23 de julio de 2008

Hasta el fin de los días

En esta mañana medio tontorrona ha salido a la luz algo que tenía en el tintero hace años. Como las cosas buenas, pasan cuando tienen que pasar... tan solo es necesario esperar a su momento preciso...

Dedicado a la niña del mediterráneo por darme ese empujoncito de inspiración y de luz.


Campos de paja junto a cap Ses Salines (Mallorca)
Pincha y guarda para ver a tamaño original



Una mañana de calma en un día de verano. Una suave luz lo inunda todo.
Carreteras desoladas, pinares olorosos de resinas, piñas y lentiscos.
Montes de genistas, tierras arcillosas, cañaverales y lindes empedradas.
Campos dorados de paja y trigo que esperan pacientes la mano del labriego con su hoz implacable.
Observo, respiro, me envuelvo del aire que me rodea, pesado y cálido, cargado de recuerdos y sensaciones de una niñez que tal vez tuve o quise tener.
Al cabo del camino, el faro, que erguido al cielo nos habla del paso de los años, de las naves, la tramuntana y de su soledad.
Las rocas a su pié con sus formas azarosas, el agua salada y fría que las desgasta y la forma primitiva que tiene de envolverme con su claridad y su vida.



El último reducto de la vida: un camino de asfalto desgastado, un faro, un pinar, un campo en barbecho y una playa en calma. Este es mi sitio, aquí he llegado y aquí he de quedarme a descansar hasta el fin de los días.

lunes, 21 de julio de 2008

Da vergüenza decirlo

Con el paso de los años, e imagino que debido a las malas experiencias, noto que somos cada vez más reticentes a mostrarnos tal y como somos, a hacer un hueco a los demás en nuestras vidas y a mostrar los sentimientos.

Entonces se despliega un abanico de tácticas de autodefensa, a modo de coraza, una constante medida de los sentimientos y de la forma en que los exteriorizamos, un cálculo matemático de las llamadas, los contactos, las citas, un no querer mostrarse tal y como uno es por miedo a no sabemos muy bien qué.

Imagino que nuestra mente y la naturaleza son sabias, y al final, toda esta parafernalia innata a modo de contraofensiva tendrá un buen fin, aunque lo cierto es que hace el día a día bastante incómodo, y siembra constantes dudas del tipo "¿que sentirá...?" en las personas que nos rodean.
En mi caso particular, frente a frente con alguien así, me siento bastante incómodo, ya que el gesto de la otra persona siempre es un buen indicativo de si estamos haciendo las cosas bien o no, y esa falta de expresividad despierta mi empatía hacia ella, me hace preguntarme constantemente acerca de sus sentimientos, lo cual me cansa y me desgasta rápidamente el ánimo...

Tal vez sea mejor caminar desprovistos de máscaras, mostrarnos como somos, y emplear el esfuerzo en tenerlo todo ordenadito por si acaso algún día tenemos que recomponer los pedazos...

El siguiente poemita de Luis garcía Montero creo que plasma a la perfección este sentimiento, y la forma en la que nos corroe casi más que nos protege, esa "derrota cómoda sin heridas mortales".

Da vergüenza decirlo

Con los ojos vendados
para que no pudieses recordar el camino,
intenté conducirte al refugio sereno donde guardé mi vida.
Da vergüenza decirlo,
pero a veces los años construyen una casa de medios sentimientos,
de verdades medianas, de pasiones dormidas como animales viejos,
de cenizas y sueños humillados.
Y el cuerpo se acostumbra, y las sombras apoyan su cabeza
en un pecho de sombra, y el corazón se siente en paz o se doblega
a una derrota cómoda sin heridas mortales.
Da vergüenza decirlo.
Con los ojos vendados para que no pudieses recordar el camino,
intenté conducirte a mi mundo sereno de verdades a medias.
No me ha sido posible.
Esta noche insegura, que mueve los relojes
con la prisa de tu pulso más vivo,
me envuelve y me repite:
no te ha sido posible.
Esta noche de viento, que fué soltando amarras
hasta quedarse tuya como un delirio de melena negra,
me llama y me confirma: no te ha sido posible.
Esta noche de gente que pasa por las calles con tus ojos,
con la forma que tienes de vestirte, con tu sonrisa de país lejano,
esta noche me empuja y me convence: no te ha sido posible.
Y aquí estoy yo, que voy soltando amarras hasta quedarme tuyo
y camino hacia el mar con los ojos cerrados,
como una barca deja su refugio,
una barca feliz que se repite: no me ha sido posible,
porque nada me importa, sólo tu piel, la piel de una tormenta.
Da vergüenza decirlo.
Luis García Montero
(Completamente viernes)

viernes, 18 de julio de 2008

¡A toda vela!

Regata Breitling 2007
(Pincha y guarda para ver a tamaño real)


Mañana sábado es la regata de Romerijo, una de las regatas más famosas del verano aquí en puerto sherry. Hace casi un mes que no navego, vamos a ver como nos sale... lo bueno es que Romerijo es una empresa dedicada a la venta de marisco, y a la vuelta (con hambre y sed a espuertas) supongo que nos pondremos de gambas y vino fino hasta las trancas... Ains... Cuánto me gusta el mar, jajajajaj



Os dejo una foto preciosa que acabo de encontrar. ¿A que parece que van a chocar? Pues no!!! Y no, no soy yo navegando, más quisiera...


Abrazos para todos desde alta mar...

miércoles, 16 de julio de 2008

Desde tu puerta a la mía...

Hoy es uno de esos días tontos en que a uno le dá por imaginar a que puerta conduce la vereda de juncos y palmeras... Una mezcla de nostalgia, alegría, esperanza y curiosidad.
Sigamos soñando...


...

Tendrían que poner
de tu puerta hasta la mía
una vereda de juncos
y de palmeras
y una choza de bambú junto a la playa
pa' que te sientas en casa
y no te vayas.


¿Qué rumbo caprichoso tiene el amor?
¿Qué sabe nadie,
si cambia tu corazón
como cambia el aire?
Mira si te diera a ti una levantera
y, sin pensarlo dos veces,
tú me quisieras...

Por un poquito de tu amor,
me voy contigo a Mombasa:
yo desamarro una noche
el Vapor del Puerto,
de oloroso y fino lleno la bodega
y no quiero más que tus ojos
y las estrellas.

La reina de África (Fragmento)
Javier Ruibal

miércoles, 9 de julio de 2008

Encuentros



No importa lo mucho que me esconda. Da igual que lleve gabardina, que vaya oculto bajo mi paraguas, disfrazado de astronauta o camine bajo la fronda que ofrecen los árboles en primavera. Cada tarde, a la hora en que cruzo por tu calle, allí estás tú, observándome tras la ventana.


Puedo imaginar perfectamente cada uno de tus movimientos cuando ves que llega la hora en que mi ómnibus me acerca a tan esperado encuentro. Te imagino apresurada, soltando tus madejas de punto, dejando la novela sobre la mesa o desatendiendo cualquiera que fuera la tarea que tuvieras entre manos. De un vuelo cruzas el hall, el pasillo, el living, hasta dar con el balcón, donde asomas tu cara tras el cristal y tus ojos me buscan de nuevo entre la gente.
Ahí estás -pienso-, donde te dejé ayer, con la cara encendida y la boca entreabierta como queriendo decir quién sabe qué pensamientos.


A veces pienso en qué será lo que ves en mí, que desata toda esa fulgurante carrera, ya que los dos sabemos -muy a nuestro pesar- que la recompensa, a ojos de cualquiera puede parecer escasa. Lleno de impotencia a veces te devuelvo la mirada, a veces te sonrío tímidamente, o a veces simplemente llevo la cabeza tan llena de pensamientos que se me olvida que estás ahí, o por despiste me bajo en la siguiente parada, dos cuadras más abajo, resultando tu búsqueda infructuosa.


Pero qué importa –pensaba yo- que una eternidad nos separe, que esa frontera infranqueable que nos hace vivir a ti en Venus y a mí en Marte haga que nunca podamos intercambiar más que un gesto o una caricia en el aire o en el cristal.


Aprendía yo en aquel momento a reconocer el sentimiento puro, ese que hace que reserves ese minuto de tu tiempo para mí, por mi mera presencia, porque bien sabes que la recompensa es escasa, o tal vez ninguna. Y mañana, pasado, y el otro, dejarás tu jersey a medio hacer, tu último bocado en la mesa o tu novela abierta por la última página, para acudir a nuestra cita.


Y mientras yo aquí, susurrándote en marciano -absurda tarea- que con ello haces que me sienta tan grande que de puntillas alcanzaría tu ventana, besaría tu frente y te colmaría por siempre de bendiciones.




sábado, 5 de julio de 2008

Felicidad

Bajamar
(Pincha y guarda para ver a tamaño real)




"Aunque pueda parecer soberbio, hay un estadío más allá de la felicidad: la paz.


He encontrado el amor, pero el amor no entendido como amor hacia una sola persona, sino lo que Nietzsche llamaba el amor perfecto, el amor al destino, al destino que lo incluye todo. El destino me convoca hoy contigo, mañana con Laura y pasado dios sabe con quién...

Yo les digo a la gente: ¡cuidado!, nadie sabe cuándo dios nos dice "se acabó todo"; ama ahora, vive ahora, libérate ahora, al demonio ahora con todo lo que no te agrada... "


Facundo Cabral

lunes, 30 de junio de 2008

Si no me amas

Últimamente me rondan la cabeza estos versos de Alejandro Jodorowsky, que aunque es un tipo algo loco, no creo que esté falto de razon en muchas de las cosas que dice.
Que poco importa aveces que la otra persona nos ame o no, si podemos disfrutar de su presencia y de sus encantos... La última alternativa del amor aveces nos provoca una felicidad insospechada...



Si no me amas, te mataré;
si no me amas, haré que me ames;
si no me amas, esperaré que me ames;
si no me amas, yo te amaré.




Alejandro Jodorowsky

jueves, 26 de junio de 2008

Impertinencias

La de ayer fue una tarde de esas en las que todo parece aliarse para que salga perfecta.
Rebuscando por Cádiz algo nuevo que leer, me encuentro por sorpresa ante una variadísima colección de libros a cuál más tentador : Gioconda Belli, Ángel González, Borges, Luis García Montero, M. Benedetti... un poco a ciegas elegí uno al azar, aunque no demasiado convencido, ya que ni la encuadernación ni el título me llamaban mucho la atención, "Completamente viernes", poemas de de Luis García Montero. Me senté a tomar un café miestras lo ojeaba, y me quedé realmente sorprendido. Cuando levanté la vista iba por la mitad y no me había dado ni cuenta. Ni que decir tiene que es uno de los mejores libros que han pasado por mis manos últimamente, lo recomiendo fervientemente. Como muestra un botón...


IMPERTINENCIAS

En la mesa de al lado, un jardín de señoras en domingo
abonadas al orden del murmullo y del té con limón,
en un café de invierno por la tarde.
Se quejan de los tiempos, beben, fuman,
discuten sus secretos, asienten con sonrisas...

Y de pronto se paran a mirarte.

Despreocupada cuentas -y en el local tu voz
es como el sable que hiere al enemigo-
una historia de cama con detalles expertos,
una manera de sentir la vida
que penetra y disuelve la luz de iglesia,
la humillación del frío en las rodillas,
los cajones cerrados y las fotos de boda.

Cierto tipo de gente sufre de los inviernos en los ojos,
conoce las heladas que pasan por debajo de una puerta,
una puerta de alcoba, allí donde la noche siempre tiene
olor de espera inútil, y después de la espera
se aceptan las mentiras, y después el silencio.

Nada dejan los años en la mesa de al lado,
sino un murmullo que envejece y una sombra
que cruza por los labios como una cicatriz,
un rencor en la piel de la conciencia.

Tu voz es alta y joven, va vestida de fiesta
y cuando se desnuda hace que el sol de invierno,
conmovido, se detenga un instante para apoyar la frente
sobre los ventanales del café.


Luis García Montero
(Completamente viernes)

viernes, 20 de junio de 2008

Haciendo memoria

Haciendo memoria te cuento
que ayer arribé a cien puertos,
surqué los 7 mares,
visité mil países lejanos y rebasé todas las fronteras.

Ayer dormí junto al mar bajo el cielo estrellado,
pasé frías noches de invierno al arrullo de las olas,
prendí hogueras blancas ante relucientes rostros
y me abrigué al calor que desprendía la arena tibia.

Ayer fotografié la belleza, los rincones de la ciudad más insospechada,
los gestos de las mujeres más hermosas o las puestas de sol más evocadoras.

Ayer me postré en la playa, arranqué flores y las prendí de tu pelo a la luz del faro que alumbraba en la distancia. Ayer me perdí en los bosques, en las carreteras, dormí en camas extrañas al abrigo del silencio de la noche y leí dios sabe qué historias a la luz de amarillos faroles en plazas de pueblos lejanos.

Ayer conocí a mil gentes extrañas, supe del sabor de mil labios ardientes y hablé sin reparo en cien lenguas extrañas.

Ayer sentí el miedo, el placer y la calma. La euforia, la alegría, el desengaño...
Ayer morí pero renací al instante.

Hoy me veo, lento viajero, hacedor de planes que se proponen prestos o igualmente se deshacen como copos de nieve blanda sobre la tierra, pero que son el alimento del día a día.

Hoy como ayer me acuesto al arrullo de antiguas melodías,
me arropo, me esparzo, me evado.
Hoy me acuesto sin prisa, pero ansioso.
Hoy me acuesto ilusionado, feliz, esperanzado:
quién sabe qué felices desventuras me traerá el día de mañana...

jueves, 19 de junio de 2008

Instinto básico

En una película documental y yugoslava se ve cómo el instinto del pulpo hembra entra en juego para proteger por todos los medios a sus huevos, y entre otras medidas de defensa organiza su propio camuflaje amontonando algas y disimulándose tras ellas para no ser atacada por las murenas durante los dos meses que dura la incubación.

Como todo el mundo, Lucas contempla antropomórficamente las imágenes: el pulpo decide protegerse, busca las algas, las dispone frente a su refugio, se esconde. Pero todo eso (que en una primera tentativa de explicación igualmente antropomórfica fue llamado instinto a falta de mejor cosa) sucede fuera de toda conciencia, de todo conocimiento por rudimentario que pueda ser. Si por su parte Lucas hace el esfuerzo de asistir también como desde fuera, ¿qué le queda? Un mecanismo, tan ajeno a las posibilidades de su empatía como el moverse de los pistones en los émbolos o el resbalar de un líquido por un plano inclinado.
Considerablemente deprimido, Lucas se dice que a esas alturas lo único que cabe es una especie de intrapolación: también esto, lo que está pensando en este momento, es un mecanismo que su conciencia cree comprender y controlar, también esto es un antropomorfismo aplicado ingenuamente al hombre.
"No somos nada", piensa Lucas por él y por el pulpo”


Lucas, sus intrapolaciones.
Julio Cortázar, "Un tal Lucas"

miércoles, 11 de junio de 2008

Consideraciones etimológicas

De un tiempo a esta parte rondan mi cabeza ciertas expresiones usadas de manera cotidiana en nuestras conversaciones referidas al amor, la pareja o a las relaciones. De primera, y por lo común de su uso, no les presté atención, pero poco a poco fueron llamando mi atención. Su disonancia dentro de un lenguaje amoroso rayaba mi entendimiento como el chirrido de cuchilla en el cristal.
Me serví de la ayuda del diccionario (ese curioso artilugio que nos desvela el verdadero significado de las palabras que decimos) y mi sorpresa fue aterradora.

En concreto me llaman la atención dos de estas expresiones. ¿Quién no ha escuchado alguna vez “quiero una relación seria”? No hace falta ser catedrático en lenguas para conocer la palabra “serio/a”, a la cual siempre le atribuimos cualidades negativas. A nadie le gusta un gesto serio, cuando tenemos junto a nosotros a un amigo que creemos que está molesto le decimos “que serio estás”, y cuando un familiar nuestro se aqueja de una grave en fermedad, decimos que “la cosa es seria...”. Diccionario en mano descubro las verdaderas acepciones, algunas de estas horribles si pretendemos con ellas mantener un lenguaje tierno y amoroso.

Serio: “Grave, sentado y compuesto en las acciones y en el modo de proceder”. “Severo en el semblante, en el modo de mirar o hablar”.

Otra expresión muy común es la famosa “quiero un compromiso”, “estoy comprometido/a” o “quiero una relación sin compromiso”. La palabra compromiso, ya de por sí, me sonaba extraña, y pasé a analizarla con los siguientes resultados, horribles todos ellos.

Compromiso: “Obligación contraída”, y en lenguaje judicial: “Convenio entre litigantes, por el cual someten su litigio a árbitros o amigables componedores”.

El diccionario nos remite inmediatamente al lenguaje judicial, tal vez como sabia señal de lo que se avecina tras el consabido compromiso...

Nunca entenedí estas expresiones, y ahora me alegro de ello. No señores, no me interesan las relaciones serias, siempre me gustaron las relaciones alegres de gesto amable, sonrisas, y que saben exprimir el jugo de la vida que se presenta. No, tampoco me identifico con el compromiso, con los “convenios” ni las “obligaciones contraídas” que cercenan una y otra vez nuestros ademanes de felicidad y nuestras inquietudes personales.

No creo en nada más que en la alegría que nos colma cuando estamos junto a quien nos alegra la existencia. No creo en más compromisos que los que esa felicidad nos proporciona de forma natural, y que nos mantiene fieles a esa persona por convencimiento propio, aveces por unas semanas, aveces para toda la vida.
No creo en las promesas, no las entiendo. Binomios cambiantes, eso somos, no es más.
Me sentaré a esperar el siguiente cambio (si es que se presenta). Eso sí, con alegría, el gesto serio lo dejo para otros...

martes, 10 de junio de 2008

Brujas


Pintor de acuarela. (Brujas, mayo 2008)
(Pincha y guarda para ver a tamaño original)

sábado, 7 de junio de 2008

Un digno renquear

Me conmueve especialmente la letra de esta canción del maestro García.
Eso es la vida, sí. Un contínuo renquear diario, lento, austero, aveces tedioso, pero digno y esperanzador. Un recomponer los pedazos. Un darse a vivir.
Que lo disfruten.






Morder el polvo (Fragmento)

... y el valor consistiría en hacer astillas
el endeble andamiaje de errores cometidos
y admitir que simplemente hemos vivido.
Eso sí, bajo nuestra propia ley de gravedad.
Arriba, siempre arriba, sin pensar en la caída.

No pasará, no ha de pasar que un azar disfrazado arme barreras.
No quiero otros ojos que me miren diciendo adiós, adiós ahora si,
esta vez sí, para siempre adiós. Sólo candorosa esperanza de un austero viajar,
un recomponer los pedazos, un digno renquear.

Ahora aprende a no juzgar y a perder el miedo a las derrotas,
porque el mar, los océanos, igual que acunan pueden engullir.
Y aun así, todos buscamos luminoso despertar, propicio viento.
Adentro, mar adentro mientras quede un solo remo...

Manolo García

jueves, 5 de junio de 2008

Esta tarde

(Budapest. Foto de Enrique Nikon. Pincha y guarda para ver a tamaño real)


Ahora quiero amar algo lejano,
algún hombre divino
que sea como un ave por lo dulce,
que haya habido mujeres infinitas
y sepa de otras tierras, y florezca
la palabra en sus labios, perfumada:
suerte de selva virgen bajo el viento...

Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
blanda y tranquila como espeso musgo,
tiembla mi boca y mis dedos finos,
se deshacen mis trenzas poco a poco.

Siento un vago rumor. Toda la tierra
está cantando dulcemente.
Lejos,los bosques se han cargado de corolas,
desbordan los arroyos de sus cauces
y las aguas se filtran en la tierra
así como mis ojos en los ojos
que estoy soñando embelesada...

Pero ya está bajando el sol tras de los montes,
las aves se acurrucan en sus nidos,
la tarde ha de morir y él está lejos,
lejos como este sol que para nunca
se marcha y me abandona, con las manos
hundidas en las trenzas, con la boca
húmeda y temblorosa, con el alma
sutilizada, ardida en la esperanza
de este amor infinito que me vuelve
dulce y hermosa.

Alfonsina Storni

viernes, 30 de mayo de 2008

Sírvete un trago


Gracias a la amiga Eva por su colaboración y por visitar el refugio. Que paséis un buen finde.



Soneto al vino


¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa

conjunción de los astros, en qué secreto día

que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa

y singular idea de inventar la alegría?


Con otoños de oro la inventaron. El vino

fluye rojo a lo largo de las generaciones

como el río del tiempo y en el arduo camino

nos prodiga su música, su fuego y sus leones.


En la noche del júbilo o en la jornada adversa

exalta la alegría o mitiga el espanto

y el ditirambo nuevo que este día le canto


otrora lo cantaron el árabe y el persa.

Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia

como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.


Jorge Luis Borges

jueves, 29 de mayo de 2008

El corazón que aguarda pese a todo

HOMBRE QUE MIRA A UNA MUCHACHA


Para que nunca haya malentendidos,
para que nada se interponga,
voy a explicarte lo que mi amor convoca.

Tus ojos que se caen de desconcierto
y otras veces se alzan penetrantes y tibios
tienen tanta importancia que yo mismo me asombro.

Tus lindas manos mágicas
que te expresan a veces mejor que las palabras,
tan importantes son que no oso tocarlas,
y si un día las toco es sólamente
para retransmitirte ciertas claves.

Tu cuerpo pendular
que duda en recibirse o entregarse
y es tan joven que enseña a pesar tuyo,
es un dato del cual me faltan datos,
y sin embargo ayudo a conocerlo.

Tus labios puestos en el entusiasmo
que dibuja palabras y promete promesas,
son en tu imagen para mí los héroes,
y son también el ángel enemigo.

En mi amor estás toda o casi toda
me faltan cifras pero las calculo,
faltan indicios pero los descubro.

Sin embargo en mi amor hay otras cosas,
por ejemplo los sueños con que muevo la tierra,
la pobre lucha que libré y libramos,
los buenos odios esos que ennoblecen,
el diálogo constante con mi gente,
la pregunta punzante que me hicieron,
las respuestas veraces que no di.

En mi amor hay también corajes varios
y un miedo que a menudo los resume,
hay hombres como yo que miran tras las rejas
a una muchacha que podrías ser vos.

En mi amor hay faena y hay descanso,
sencillas recompensas y complejos castigos,
hay dos o tres mujeres que forman tu prehistoria
y hay muchos años, demasiados años
de inventar alegrías y creerlas
después a pie juntillas.

Querría que en mi amor vieras todo eso,
y que vos muchachita,
con paciencia y cautela,
sin herirme ni herirte,
rescataras de allí la luna, el río,
los emblemas rituales,
los proyectos de besos o de adioses,
el corazón que aguarda pese a todo.


Mario Benedetti