viernes, 30 de mayo de 2008

Sírvete un trago


Gracias a la amiga Eva por su colaboración y por visitar el refugio. Que paséis un buen finde.



Soneto al vino


¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa

conjunción de los astros, en qué secreto día

que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa

y singular idea de inventar la alegría?


Con otoños de oro la inventaron. El vino

fluye rojo a lo largo de las generaciones

como el río del tiempo y en el arduo camino

nos prodiga su música, su fuego y sus leones.


En la noche del júbilo o en la jornada adversa

exalta la alegría o mitiga el espanto

y el ditirambo nuevo que este día le canto


otrora lo cantaron el árabe y el persa.

Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia

como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.


Jorge Luis Borges

jueves, 29 de mayo de 2008

El corazón que aguarda pese a todo

HOMBRE QUE MIRA A UNA MUCHACHA


Para que nunca haya malentendidos,
para que nada se interponga,
voy a explicarte lo que mi amor convoca.

Tus ojos que se caen de desconcierto
y otras veces se alzan penetrantes y tibios
tienen tanta importancia que yo mismo me asombro.

Tus lindas manos mágicas
que te expresan a veces mejor que las palabras,
tan importantes son que no oso tocarlas,
y si un día las toco es sólamente
para retransmitirte ciertas claves.

Tu cuerpo pendular
que duda en recibirse o entregarse
y es tan joven que enseña a pesar tuyo,
es un dato del cual me faltan datos,
y sin embargo ayudo a conocerlo.

Tus labios puestos en el entusiasmo
que dibuja palabras y promete promesas,
son en tu imagen para mí los héroes,
y son también el ángel enemigo.

En mi amor estás toda o casi toda
me faltan cifras pero las calculo,
faltan indicios pero los descubro.

Sin embargo en mi amor hay otras cosas,
por ejemplo los sueños con que muevo la tierra,
la pobre lucha que libré y libramos,
los buenos odios esos que ennoblecen,
el diálogo constante con mi gente,
la pregunta punzante que me hicieron,
las respuestas veraces que no di.

En mi amor hay también corajes varios
y un miedo que a menudo los resume,
hay hombres como yo que miran tras las rejas
a una muchacha que podrías ser vos.

En mi amor hay faena y hay descanso,
sencillas recompensas y complejos castigos,
hay dos o tres mujeres que forman tu prehistoria
y hay muchos años, demasiados años
de inventar alegrías y creerlas
después a pie juntillas.

Querría que en mi amor vieras todo eso,
y que vos muchachita,
con paciencia y cautela,
sin herirme ni herirte,
rescataras de allí la luna, el río,
los emblemas rituales,
los proyectos de besos o de adioses,
el corazón que aguarda pese a todo.


Mario Benedetti

jueves, 22 de mayo de 2008

Un granito más



Cada día hay un motivito más para estar contentos. Uno de los de hoy es la incorporación de una nueva lectora (chirigotera, enóloga y gaditana... casi náa). A ella van dedicadas esta fotillo que tomé en Portugal, y esta letrilla de Facundo cabral, que creo que le va bien a la foto...

Bienvenida a mi refugio.

...
Me gusta el vino tanto como las flores,
y los conejos, pero no los tractores,
el pan casero y la voz de Dolores,
y el mar mojándome los piés.


No soy de aquí, ni soy de allá,
no tengo edad ni porvenir,
y ser feliz es mi color de identidad...


Facundo Cabral

miércoles, 21 de mayo de 2008

El lenguaje del amor

Hay muchos tipos de lenguaje. El lenguaje de signos, el Morse, el lenguaje de las banderas, o el antiguo lenguaje en que las damas meneaban el abanico frente a sus pretendientes, por no hablar de los infinitos lenguajes propios de cada especie animal que puebla el planeta, porque, si bien no somos capaces de descifrarlo, debe ser cierto que se comunican de algún modo, ya que según parece se entienden bien entre ellos.
Ya por último tenemos el lenguaje del amor. Ese lenguaje subversivo entre dos personas que se quieren, y que mucha gente, pese a lo avanzado de su edad, aún desconoce.

El lenguaje del amor es peculiar, pues es una mezcla de palabras dichas y no dichas, de gestos y de ausencias. Bien es verdad que está muy desvirtuado, y que no es fácil aprender a utilizarlo bien en estos días en que las grandes multinacionales del amor nos bombardean con sus “Je t´aime”, sus “I´ll love you forever”, sus predecibles melodías almibaradas y sus tiernos ositos de peluche portando cajitas de bombones en forma de corazón, todas ellas expresiones que la Real academia del lenguaje amoroso desestimó hace mucho tiempo por su falta de sustancia y aspecto hortera.

La Real Academia antes citada, no entiende el amor como una dedicación exclusiva hacia la otra persona, -tal y como nos lo quieren vender desde fuera- sino más bien como el amor hacia uno mismo, hacia la vida. El amor y su lenguaje no comprenden las vanas promesas ni los grandes gestos, más bien persigue la tranquilidad, el sosiego, el bienestar diario, la alegría de sentirse en buena compañía, sentirse halagado o protegido cuando realmente lo necesitamos. Es por eso que el amor tiene formas curiosas de expresión (ininteligibles para los menos eruditos en la materia): puede presentarse en forma de pimiento relleno en el almuerzo del sábado, en forma de billete de tren, en forma de caricia, de abrazo o en forma de galleta de chocolate.

Como es cosa normal, tiene sus expresiones favoritas: ese último bocado de tu sándwich, la flor que arrancas del seto de tu vecino en tu paseo vespertino, o el olor del café recién hecho que nos despierta en la mañana del domingo, alegrándonos el comienzo de este día tan propicio al tedio.
El lenguaje del que ama es tan solo un finísimo hilo que nos transporta de un día a otro sin saber cómo, pero plácidamente; es la gota justa que engrasa el intrincado mecanismo de nuestros quehaceres, el vaso de vino que compartimos mientras me ves cocinar, o la mano que tendió la manta que aparece recubriéndote cuando te despiertas de la siesta en el sofá.

Desestimemos el romanticismo en grandes dosis: las grandes proezas, las expresiones románticas “de importación”, los 14 de Febrero y por supuesto el materialismo. Desenfundémonos del disfraz de sanguijuela rosácea, de lapa “corazón-forme” aferrada a nuestro cuello, de yugo cubierto de oro y diamantes, y aprendamos a sentir, a conversar, a compartir, a vivir.

sábado, 17 de mayo de 2008

Sintra mágica



Hoja en un estanque de Sintra (Portugal), Febrero de 2008
(Pincha y guarda para ver a tamaño original)

martes, 13 de mayo de 2008

En un patio de la Alhambra...




Flores en un patio de la alhambra.


(Pincha y guardapara ver a tamaño real)

El momento propicio


Está el tiempo un poco raro, tal vez refleja un poco mi estado de ánimo, un poco nuboso últimamente, por eso esta tarde me pongo el bañador y me voy a la playa...

Espero que os guste este poemita, hoy al pensar en el mar me acordé de él.




El momento propicio

Miguel Ángel Zapata


Espero solamente el momento propicio para ir al mar.
O sea para mirarlo desde el centro y verlo en la vida y en la muerte
ambulando sin razón y sin apresuramiento.


Creo que no quiere mirarme a los ojos,
y no sé a dónde irá con sus espumas y sus peces multiformes.


Las islas han concluido su charla con las gaviotas alegres. Desde allí se ve a lo lejos la ciudad, la sangre derramada, los abismos, los precipicios y los puentes desgastados.


El mar, solitario, prosigue su calma hasta llegar a la curva cansada de mis ojos.

El mar, el mismo desde niño, testigo de la sal de los hombres, es el mundo esperando el final de los silencios.




viernes, 9 de mayo de 2008

Bienvenidos al refugio

Tras mi último viaje por tierras francesas y belgas, vengo con otro ánimo. Buenos ratos, preciosas vistas e inmejorable compañía, eso sobre todo. Un buen resumen de lo que siento ahora mismo y un magnífico comienzo para el blog puede ser este poema que descubrí hace un tiempecito.

Que lo disfruten.


Vincent Van Gogh - La habitación de Arles

Mudanza de casa

Hubo un tiempo en el que quería vivir en una villa del sur, pero no porque me guiaran los augurios.
Había escuchado que muchos hombres simples vivían allí, con ellos estaría contento de pasar mis mañanas y noches.
Durante muchos años este fue mi deseo, y hoy voy a realizar mi tarea. Una cabaña tan pobre no necesita ser espaciosa, todo lo que quiero es una cama y un colchón.
Con frecuencia mis vecinos vendrán a verme, discutiremos vociferando acerca de los tiempos de la antigüedad, disfrutaremos leyendo juntos escritos raros, y aclararemos todas las interpretaciones dudosas.


Tao Yang Ming