martes, 30 de septiembre de 2008

A comer!

Como el refugio es el rincón de los sentimientos y las pasiones arrebatadas, y mi pasión es la cocina... creo que os voy a deleitar con una receta de pescado, ya que varias personas me la han pedido... Un nuevo apartado del refugio, RECETAS, jajajaj

MERLUZA EN SALSA VERDE

Ingredientes:

Merluza (en trozos grandes para guisar)
Gambas arroceras
Perejil
Aceite
Un diente de ajo
Harina de reposteria
Vino fino (cualquier blanco podría servir)

Lo primero, limpiamos bien el pescado y pelamos las gambas, con cuya cáscara y con la cabeza de la merluza hacemos un caldito y lo reservamos.
Por otro lado, harinamos con harina fina los trozos de merluza y los freimos suavemente, sin freir del todo, en una sartén con aceite. Es preferible usar una sartén tipo paellera, grandecita, y un aceite que no sea demasiado aromático, para que la salsa no tenga demasiada fuerza.

Una vez frita la merluza la sacamos, y freimos los ajitos cortados en láminas. Normalmente se usa el mismo aceite donde se frió el pescado, pero si vemos que se ha quemado un poco la harina usamos aceite nuevo, si no sabrá amargo... Tras esto, añadimos el perejil (sin que se queme) y un par de cucharadas de harina. Removemos un poco la harina para que se cocine, añadimos el caldo y el vino, y dejamos que espese.

El secreto de la salsa (para mi gusto) es darle el toque justo de vino, ya que si nos pasamos tomará un sabor muy fuerte. Es mejor usar bastante caldo y el vino sólo para aromatizar.

Hervimos la salsa hasta que espese un poco, y metemos la merluza un ratito para que se cocine. Un par de minutos antes de servir añadiremos las gambas peladas.

Y a comer!!!!


Espero que os guste.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Una pequeña tregua

Un día de sol espléndido, casi otoñal. Fuimos a Carrasco. La playa estaba desierta, tal vez debido a que, en pleno julio, la gente no se anima a creer en el buen tiempo. Nos sentamos en la arena. Así con la playa vacía, las olas se vuelven imponentes, son ellas solas las que gobiernan el paisaje. En ese sentido me reconozco lamentablemente dócil, maleable. Veo ese mar implacable y desolado, tan orgulloso de su espuma y de su coraje, apenas mancillado por gaviotas ingenuas, casi irreales, y de inmediato me refugio en una irresponsable admiración. Pero después, casi en seguida, la admiraciónse desintegra, y paso a sentirme tan indefenso como una almeja, como un canto rodado. Ese mar es una especiede eternidad. Cuando yo era niño, él golpeaba y golpeaba, pero también golpeaba cuando era niño mi abuelo, cuando era niño el abuelo de mi abuelo. Una presencia móvil pero sin vida. Una presencia de olas oscuras, insensibles. Testigo de la historia, testigo inútil porque no sabe nada de la historia...
Mario Benedetti
La tregua (Fragmento)

martes, 23 de septiembre de 2008

Besos y lechuga

Llueve.
Después de tanto tiempo, llueve.

Son las 6 de la mañana, me despierta el ruido de la lluvia y el viento en los pinos. No sé lo que haría yo en medio de una gran ciudad, escuchando a los coches salpicar en los charcos y los camiones de basura.
Al salir al camino los molinos de viento me saludan con su titilante destelleo descompasado.
El negro de la noche ajado por un rayo de azul nos adivina un nuevo amanecer.
Aparco el coche, más cerca del mar no podría, aveces con la pleamar me llega el agua a las ruedas; siempre que me pasa me acuerdo de mi niña catalana... lo que le iba a gustar.
Respiro el vapor húmedo y fresco de la marisma salpicada con las primeras aguas. La misma brisa de tantas mañanas de pesca, calabobo y despreocupación.

Hay goteras, siempre las hay. El suelo de la nave de timones encharcado de agua, como queriendo rememorar la marisma vecina que espera paciente el seguro regreso de cada una de sus gotas.
Un grillo despistado se cuela en la oficina. Claro, es normal, rodeado de tanto campo, y casi de noche cerrada, canta incansable ajeno al ajetreo de correos electrónicos e informes. Su vida es demasiado simple y perfecta para eso.
Y cierro los ojos y piso los charcos como cuando en la infancia pisaba los caños buscando cangrejos, y huelo la marisma como la cepina en bajamar. Mis compañeros teclean con fruición, y el traqueteo de sus teclas son tan sólo las mismas gotas que esta mañana me despertaron. Los operarios taladran las piezas como nerviosos pájaros carpinteros, y el chico de mantenimiento barre lo mismo que don Antonio, mi vecino de la parcela de al lado, que vence a sus achaques cada día a ritmo de rastrillo.
Esta actitud evasiva le costará muy cara a la empresa... si. Pero gracias a ella puedo estar en casa en momentos tan incómodos del día como este.

Miro hacia el grillo de reojo, hacia el lugar donde supongo que se esconde, y le sonrío con un gesto entre alegría y envidia como diciendo “serás cabrón”. Añorando su bendita suerte busco un final para este texto y abro el correo, a ver que nuevas necesidades sin fundamento se han creado mis compañeros para hoy. Si tan solo fueran grillo por un día... Tú si que sabes compañero.

Besos mañaneros para todos y lechuga fresca para algunos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Aires marinos

Sustraigo este poema de Arthur Rimbaud del blog de Weto... porque una maravilla así no podía quedar como un simple comentario del capitán escarlata... así escondido en un rincón.


Mi jornada está hecha; me marcho de Europa.
Aires marinos me quemarán los pulmones,
los climas perdidos me curtirán.
Nadar, pisar la hierba, cazar, sobre todo fumar;
beber licores fuertes como metal hirviendo,
como hacían nuestros antepasados alrededor de las fogatas.

Volveré, con miembros de hierro, con la piel oscura,
los ojos enfurecidos: por mi aspecto, me juzgarán de una raza fuerte.
Tendré oro: seré ocioso y brutal."


Saludos marineros de piel curtida.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Instrucciones para amar

Hace días que quiero publicar algo pero no tengo internet en condiciones... Pero acabo de leer esto... y me he acordado de tanta gente, incluso de mi mismo en algunas épocas tristes... y lo he tenido que publicar.


"El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro".


Reglas del juego para hombres que quieran amar a mujeres (fragmento)

Gioconda Belli

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alameda

Ya tenía ganas de tener este disco, y de escuchar estas letras tan breves pero de tanta inspiración...


"Cuando miro sobre el trasluz de mi soledad,
veo tu sombra, tu cielo azul, tu serenidad,
y las olas que llegan a ti, te arrastran a soñar.

Sueño con tu mañana, tu luz, y mi despertar,
los momentos que yo pasé allí no los podré olvidar..."


Alameda
CAI

jueves, 11 de septiembre de 2008

Huye del triste amor

Uno de los momentos más emocionantes de los últimos días, escuchar a Javier Cámara recitar de memoria estos versos, en la película "Los girasoles ciegos" que os recomiendo que vayáis a ver.

Lo recita a su hijo para darle ánimos, justo antes de salir de un zulo donde vivía escondido por miedo a la represión que sufría por parte del régimen.



Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Despierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

Huye del triste amor
Antonio Machado

lunes, 8 de septiembre de 2008

Definiciones para esperar mi muerte

Tengo la extraña sensación de haber publicado esto ya, pero por mas que lo busco no lo encuentro...
Estremecedor texto de Homero Manzi, maestro del tango.


Puedo cerrar los ojos lejos de las pequeñas sonrisas que conozco, escuchando estos ruidos recién llegados, viendo estas caras nuevas, como si de pronto los mil lentes de la locura me trasladaran a un planeta ignorado.
Estoy lleno de voces y de colores que juraron acompañarme hasta la muerte como amantes resignadas al breve paso de mi eternidad.
Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme sólo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamante preparadas para mi ausencia.
Sé que mi nombre resonará en oídos queridos con la perfección de una imagen, y también sé que aveces dejará de ser un nombre y será solo un par de palabras sin sentido.
Estoy lleno de voces y de colores, unas veces recogidos en el sonambulismo de la marcha, otras inventados tras mi propia soledad.
Con ellos se integrará un cortejo final de despedida, se cambiarán en lagrimas y palabras piadosas.

Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar, evoco a los marinos encerrados en las paredes altas de la tormenta, a los soldados caídos sobre hierbas lejanas, a los peregrinos que duermen bajo la sombra de arboles ignominados, a los niños que yacen contemplando el yeso de los hospitales, y a los desesperados, que entregan el último gesto frente al paisaje final e instántaneo de la demencia.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Ojos

Un poco hasta el moño de que le hiciera fotos en plena penitencia pero bueno, tras un buen rato conseguí la foto que quería.


Para ver unos ojos como estos... hay que ir a Granada, hermano...



















Pincha para ver a tamaño completo

Fotografías

Hace tal vez demasiados años escribí esto, que ahora por fin sale a la luz.

Que lo disfruten.


De cientos de fotografías se compone mi vida. Eso es, no es más. Digamos que lo demás no importa o se relega a un segundo plano. Cientos de recuerdos que guardo en mi álbum, en mi mente, donde tan solo yo puedo verlas. A veces me apetecería enseñártelas, pero no puedo, es algo tan privado que ni queriendo las puedo compartir, tan solo te las escribo, a mi antojo, pero todos sabemos lo lejos que quedan las palabras de la realidad. Cientos de recuerdos, desordenados, como en un baúl, que aparecen y reviven para sofocar nostalgias, penas, euforias… Ahí están casi todos mis amigos, y algunos que ya no lo son, pero que por un momento pueden volver a serlo. Guardo cientos de fotos, de imágenes, y al evocarlas me sumerjo en un mundo de fantasía, o mejor dicho, de pasada realidad, y por un momento vuelvo atrás en el tiempo.

Mi vida es un conjunto precioso de fotografías que guardo en mi cabeza, y que tiene el poder, magnífico poder, de hacerme reír, o de hacerme llorar, como bien podría pasar.

Me siento vivo sabiendo que están ahí, porque siempre que me siento solo tengo de dónde tirar, tengo una cuerda para salir del pozo, una cuerda de nostalgia, pero una cuerda al menos. Sentir nostalgia es haber vivido, y romper a llorar es indicativo de que tenemos algo dentro del cuerpo además de las vísceras.

Si me permiten parar unos minutos, descansaré mis piernas y les cuento, porque me siento capaz de tenerlo todo con tan sólo abrir el álbum por la página adecuada.
Podría pasarme horas desbaratando el baúl, sacando y metiendo cosas antes de seguir mi camino. Pero tened cuidado, no sea que con las prisas y la emoción se cuele una lágrima, una tristeza en forma de fotografía, y en mi baúl del tesoro no hay sitio para baratijas.