domingo, 28 de diciembre de 2008

Voyeurismo

Esto me deja sin palabras.


"A veces me encontraba a Albertina dormida y no la despertaba. Tendida cuan larga era, en una actitud tan natural que no podría improvisarse, me parecía un largo tallo que alguien dejara allí; y en realidad así era, porque aquel poder de soñar que yo tenía solo en su ausencia, lo recuperaba en esos momentos junto a ella, como si al dormir se hubiera transformado en una planta. De este modo, su sueño realizaba en parte la posibilidad del amor. Si estaba solo, podía pensar en ella, pero la echaba de menos, no la poseía; si estaba presente, hablaba con ella, pero permanecía demasiado ausente de mí mismo para poder pensar. Cuando ella dormía, no tenía que hablar, sabía que ella no me observaba, no necesitaba vivir en la superficie de mí mismo. Con los ojos cerrados y sin consciencia, Albertina se había despojado, uno tras otro, de aquellos rasgos de humanidad que me decepcionaron en cuanto la conocí. Sólo la animaba la vida inconsciente de los vegetales, de los árboles, vida muy diferente de la mía, muy ajena, y que no obstante era más mía. Su yo no se escurría ya continuamente, como cuando hablábamos, por las oquedades del pen-samiento inconfesado o de la mirada. Había retornado a sí lo que se mantenía fuera de ella, estaba refugiada, encerrada, resumida en su cuerpo. [...]

Una vez dormía profundamente, dejaba de ser únicamente la planta que había sido; su sueño, a cuya orilla soñaba yo con una fresca voluptuosidad de la que nunca me habría cansado y que podría disfrutar indefinidamente, era para mí todo un paisaje. Ponía junto a mí algo tan sereno y tan deliciosamente sensual como aquellas noches de luna llena en la bahía de Balbec, plácida entonces como un lago, donde las ramas apenas se mueven y, tendido sobre la arena, uno escucharía indefinidamente el reflujo de las olas. [...] Entonces, sintiendo que estaba plenamente dormida y que yo no tropezaría con escollos de consciencia, recubiertos ahora por la pleamar del sueño profundo, me metía en la cama sigilosamente, junto a ella, pasaba uno de mis brazos por su cintura, posaba mis labios en su mejilla, en su corazón, y luego mi única mano libre por todas las partes de su cuerpo [...]

Otras veces, [el sueño de Albertina] me hacía disfrutar de un placer menos puro. No necesitaba para ello de ningún movimiento; sólo extendía mi pierna contra la suya, como la rama que uno deja suspendida y le imprime de vez en cuando una leve oscilación, semejante al intermitente batir del ala de los pájaros que duermen en el aire. [...] Su respiración, al hacerse más fuerte, podía sugerir el jadeo del placer, y cuando el mío llegaba a su fin, podía besarla sin haber interrumpido su sueño. En esos momentos, me parecía que acababa de poseerla completamente, como a un objeto inconsciente y dócil de la muda naturaleza.


Al ver aquel cuerpo tendido allí, me preguntaba qué tabla de logaritmos lo constituía para que todas las acciones en las que había podido involucrarse, desde un movimiento del codo hasta un roce del vestido, pudieran ocasionarme, desplegadas al infinito por todos los puntos que ocu- paba en el espacio y en el tiempo y reavivados ocasional y repentinamente en mi recuerdo, una angustia tan dolorosa y que sabía, no obstante, determinada por unos gestos y deseos de ella que me habrían resultado en otra, en ella misma cinco años atrás, o cinco años después, tan in- diferentes. Era un engaño, pero al que yo no tenía el valor de buscar otra solución que mi muerte".

Marcel Proust

7 comentarios:

  1. Proust le daba muchas vueltas,...las vueltas que lleva dando la humanidad al significado de la palabra amor, y todavía,...en fin. Es un párrafo muy revelador. Expresiones navideñas variadas.

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  2. Al leer "tendida cuan larga era..." no puedo dejar de pensar en la dama del 42 de piés, aunque un caballero como yo jamás haría protagonista a una mujer casada de un texto de semejante calado..

    Hasta ahí podríamos llegar! :)

    Pablo

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  3. Que te parece el nuevo look del refugio, capitán? Son los navíos de tu agrado? Te invito a comer si adivinas donde se tomó la foto....

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  4. ¿Es quiza una ciudad belga?, tiene toda la pinta de ser belga u holandesa. Expresiones navideñas variadas.

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  5. Es Copenague... Has generalizado mucho... te toca invitar a ti....

    Pablo

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  6. Huuummppfff!!. Estoy tieso, pero haré un esfuerzo.¿Cuando?

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