domingo, 26 de abril de 2009

Me he quedado sin pulso y sin aliento

Esta mañana de domingo ha amanecido un poco gris, aunque ya tengo medio puesto el chubasqeuro para salir a respirar un poco de aire fresco.

Entre medio de tanto ajetreo y tanta convivencia, y, aunque habiendo abandonado la inocencia hace ya algún tiempo (también yo fui testigo de otras horas) en estos días me ensombrece mucho el encuentro con una realidad que no esperaba. El pragmatismo acre con que la gente pasa de su condición de noble a la más degradada de las inmundicias. Al segundo, en un movimiento como de sable que rasga la tela; así, ajada, deja su alma y otras cosas de mayor importancia.

Permítanme que me vaya a andar, a hacer fotos y que distraiga la vista recreándome en este precioso soneto de Ángel González, que se lo dedico al capitán escarlata, amante como yo yo de tan solemne métrica.



Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón de desaliento.

No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.

Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.

Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.



Besos, voy a pisar algunos charcos.

Pablo

2 comentarios:

  1. Un precioso soneto y muy bunas dedicación.
    Besos y amor
    je

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  2. Arte mayor,... en Toulouse,... en la Isla o en Cádiz. Gracias por dedicarle el Soneto al Capitán,...Lo agradece de corazón,... y os envía un abrazo.

    Expresiones líricas varias.

    JL

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