martes, 10 de marzo de 2009

Llega la primavera



Con una débil esperanza por bandera,
y desnudo al pie de un camino extraño,
empecé a andar, lento viajero,
recogiendo en un atillo los frutos y las palabras que se me ofrecían.


Como frutos rojos de primavera
me fueron alimentando paso a paso,
disfruté de ellos sin mesura en los tiempos estivales
e hice el acopio necesario para sobrellevar cada uno de los inviernos.


Con la quietud del coleccionista que mima y ordena sellos,
monedas o mariposas, fui llenando ese vacío día a día:
una brisa de mar, una flor, una copa de vino, una cancion, un libro, un paseo,
muelles solitarios, playas vírgenes, soles de otoño;
también pieles, ojos, dedos, sonrisas, sentimientos, amaneceres y frases de amor,
algunas dichas, otras adivinadas en una sonrisa o en un gesto.

Con todas ellas fuí llenando tu recuerdo,
y el vacío que dejaste con tu marcha, acaso temprana.
Rellenando bien cada resquicio, apisonando fuertemente cada capa, una tras otra,
forjé los cimientos sólidos de mi vida, cielo y techumbre de la tuya,
sin claraboyas, para que no alumbrara tu casa ni el menor rayo de mi claridad.

Tras construir la base seguí viviendo; y más brisas, más mares,
más puertos, más atardeceres... y más pilares, y férreos muros,
y gruesas ventanas de cristal colado, y rejas de hierro dulce forjadas a golpe de fragua
y templadas al calor que nunca antes tuve.

No pueden los vientos con mi casa, con mi refugio verde esperanza,
ni los terremotos que crean tus pasos, casi nunca firmes,
siempre inseguros, por más que la zozobren.

Desesperada soplas, una vez más, contra toda esperanza,
con fuerza, con un último resuello inútil;
Exhausta, vacía ya del aire espeso que llena tu alma,
te rindes ya por siempre, y en un último gesto,
tu sombra se pierde entre los jazmines del patio,
que perfuman en esta nueva primavera, como cada año,
los resquicios de mi casa y de mi vida.


5 comentarios:

  1. Bonito texto,... pero más pareces arquitecto que ingeniero. Ja.

    Expresiones constructivas varias.

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  2. Ni eso soy... que pena de mí...

    He estado por tu casa... Llevas un ritmo fulgurante... mi ansiedad no lo lleva nada bien, por eso mi poca participación... Ya vendrán tiempos mejores.

    Un abrazo

    Pablo

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  3. Con calma chavalote,... con calma,... ¿A que la ansiedad?,... tranquilo.

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  4. Me ha encantado! A ver si hablamos un diíta de estos, ok? que tengo cosas que contarte... y tú a mí! ;-)

    Un abrazo!

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