viernes, 6 de marzo de 2009

Junto al mar

Pese a al lejanía, la pereza indomable que me da responder a los correos y mi mala cabeza, hoy voy a dedicar estas líneas a mi amigo Curro, viajero por excelencia, cuidadano del mundo, pero que siempre tiene un huequito para sentarse en mi refugio y comerse unas castañas, expectante.



Para tí, amigo, el texto y la foto. Con un abrazo sin mariconeo, que nos conocemos. Gracias por hacerme levantar la vista en algunos momentos.






Mi sangre mediterránea tira al mar, no hay duda .
A los mares gélidos y embravecidos del norte, por supuesto,
esos que acunan férreos veleros de velas rizadas y agrestes líneas.

Mas se siente cómoda y feliz entre climas cálidos,
de tierras en barbecho y olivos que emprenden lentos
su camino hacia los bordes del mar,
como queriendo ser alga o musgo, y vivir en sus aguas transparentes y antiguas.


¿Te acordás del tiempo en que vivimos junto al mar?


La vida era sencilla allí; nos bastaba con cerrar los ojos
para oir el rumor de los pinos en las mañanas soleadas,
o con sentarnos en algún claro para contemplar el reflejo de la luna
y los astros en la quietud del mar.


El futuro, como un sueño incierto,
se escribía cada mañana
haciendo surcos en la arena con trazos informes y rápidos;
arena seca, mapa y reflejo de tantos sueños y destinos
que se borran con el abrazo de la primera marea,
pero persisten para siempre en nuestra memoria y nuestra piel.



Un saludo y felicidad para todos

2 comentarios:

  1. "¿Abrazo sin mariconeo, que nos conocemos?",... Uy uy uy,... ¿Que estan haciendo los franceses contigo?,... ¿Estas aprendiendo el "frances"?,... Uy uy uy,... que rarito suena eso,... Jajaja.

    Expresiones mariposonas varias.

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  2. El fancés ya lo traía aprendido, chaval!! jaja

    y no me tires de la lengua que este vocabulario soez perturba mi refugio :)

    Otro abrazo para ti

    Pablo

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