Este texto me hace sentir tremendamente feliz, no sé muy bien por qué. Tal vez tenga razón quien, no hace mucho, me dijo que tenía alma de cronopio... y debe tener razón, porque desde luego algo verderón si que soy :). Me hace acordarme del pasado carnaval... ese entusiasmo que embarga.
Pido prestada la foto a leves-maravillas.blogspot.com, espero no les moleste.
Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.
Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.
Historias de cronopios y famas
J. Cortázar
Aunque no me leas hasta dentro de un tiempo, gracias Martes por tu ayuda a cada momento y por compartir tu forma de ver la vida. Te dedico este poema, verde y vitalista como tú.
Besos a todos
El viajero
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Gracias por compartirlo, es precioso, espero que ambos estéis bien. Os deseo un feliz veranito, y muchas ganas de vivir...siempre...
ResponderEliminarGracias arandix por tus ánimos y por pasar por mi casa, que es la tuya.
ResponderEliminarBuen verano a ti también.
Besos
Pablo